La milenaria fundación de Oaxaca
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Toltecáyotl

La milenaria fundación de Oaxaca

 


Existe, desde 1519, una actitud sistemática de desaparecer, y en caso de que no se pueda, distorsionar la existencia y valor de la Civilización del Cem Anáhuac, y al mismo tiempo, exaltar desbordantemente, no solo la cultura española, la invasión y la explotación de los pueblos ancestrales invadidos y la depredación de sus recursos naturales, sino el holocausto y el epistemicidio cometido en contra de una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.

Comenzaron diciendo que no éramos seres humanos, después quedamos como seres indefensos e ignorantes que debía proteger la iglesia católica, pasando a ser indios a civilizar e integrar, hasta llegar a ser “pueblos originarios e indígenas”. Nadie habla que fuimos los primeros en el mundo en crear un alimento a través de la ingeniería biogenética para hacer del teocintle el maíz, o que inventamos el cero matemático antes que los egipcios, o la primera calculadora, o la democracia más antigua en funciones hasta nuestros días, y así, podría acabar la nota nombrando los avances y aportaciones a la humanidad de los Viejos Abuelos anahuacas. El punto es, de que se ha tratado, por todos los medios posibles, de desacreditar y desaparecer una de las seis civilizaciones más antiguas, que, por fortuna, sigue viva, vibrante y vigente, y que sus hijos conscientes debemos de descubrir y enaltecer para darle al pueblo la confianza y revaloración que se requiere, para fortalecer y acrecentar la auto estima y la dignidad.

Todo este antecedente, porque los hispanistas oaxaqueños, han creado el mito de “la fundación hispánica de Oaxaca”, asunto que se monta en mentiras y verdades a medias, para crear una imagen falsa de un asentamiento humano milenario que se le está negando su existencia y su antigüedad.

El 25 de abril de 1532, se redactó en Medina del Campo, España, una cédula real que le da el título a Oaxaca de “Muy noble y leal ciudad”, más hay que decir que esta cédula jamás fue firmada por el rey, quien en ese momento no vivía en España, que no hablaba español y que él, se sentía y era más teutón por su linaje familiar. También el mito hispánico dice que la ciudad fue fundada por el tlatoani mexica Ahuízotl en 1486, para tener una guarnición militar, falso también. Otro de los mitos de la ideología criolla de los fundadores de México en 1824, de hacer creer que la “historia prehispánica” de su país fueron “el Imperio Azteca”, como de los europeos lo fue el Imperio Romano.

Lo que hoy es la ciudad de Oaxaca, lo más probable es que haya sido un asentamiento humano fundado alrededor del año 1500 aC. al mismo tiempo que el Tollan de San José del Mogote. Si bien, el Valle de Etla siempre ha sido más fértil que el Valle de Oaxaca, la fundación de Oaxaca obedece a que se desprende de la cordillera de la Sierra Norte, una “nariz” de cerros, que bajan en declive y penetran el valle. 

Según la mitología tolteca, estas narices o “yacatl”, son puntos energéticos de contacto entre las montañas y los seres humanos. Lugares de pedimento por excelencia. El más famoso en el Cem Anáhuac, es el Tepeyac, pero también tenemos en Puebla el Tepeyacac, hoy conocido como Tepeaca. Estos lugares son sagrados, en la punta del cerro, es decir, en la nariz, generalmente existe un manantial de agua o un pozo. Esta agua es sagrada y el ser humano la usa para hacer sus pedimentos a las montañas.

El milenario asentamiento humano llamado en lengua náhuatl, que era la lengua franca de todos los pueblos del Cem Anáhuac, Huaxyacac, significa “en la punta del cerro de los huajes”. Lo que hoy por la colonización mental, cultural e hispanista que sufrimos, se le llama “El Cerro del Fortín”, quitándole su condición milenaria de sacralidad y vinculación de los seres humanos con las montañas. 

A la llegada de Francisco de Orosco enviado por Hernán Cortés en búsqueda de oro, se encontró al igual que en el Cerro del Tepeyac, un santuario espiritual en el que  había una profunda roca de la que brotaba agua, era el contacto energético, y los invasores, al igual que en el Tepeyac, trataron de destruirlo, pero la fe del pueblo era más grande que la tiranía española, por lo cual se tuvo que hacer la iglesia de la Virgen de la Soledad, para “sumar” a la fe católica, el santuario anahuaca, y hoy, La Virgen de la Soledad, es la “patrona de Oaxaca”.

Esta es la razón del asentamiento humano, y al igual que el Tepeyac, venían gente de lejanos lugares en peregrinaciones para hacerle pedimentos a la cadena montañosa. Por tal motivo, en Oaxaca, desde tiempos ancestrales ha sido un lugar de encuentro de los pueblos y culturas del Sur del Anáhuac y en especial de lo que hoy forma el estado de Oaxaca. Educayotl AC. www.toltecayotl.org