Hernán Cortés fue un psicópata
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Hernán Cortés fue un psicópata

 


La historia de México la han escrito los vencedores, desde Hernán Cortés y Bernardino de Sahagún, hasta Matos Moctezuma y Miguel León Portilla. La iglesia católica y el Estado mexicano han impuesto la versión oficial de la visión de los vencidos, escrita por los vencedores.
Desde el primer día del desembarco al inicio de la invasión, hasta el libro de texto y la Revista Arqueología del INAH. El pueblo no solo está engañado, sino profundamente amnésico. No conoce la verdad de sus más lejanos orígenes y su más antigua raíz.
Un pueblo heredero de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen de la humanidad, al que le han aplicado una lobotomía histórica y cultural para mantenerlo explotado, enajenado, sumiso. Un pueblo esclavo, sin futuro, sin dignidad y sin auto estima. Hundido en el pantano de su laberinto.
Los que se han beneficiado históricamente de la invasión, del despojo, la injusticia, la ignorancia y la amnesia del pueblo, han desarrollado una estrategia para quitarle la memoria histórica y la identidad cultural ancestral al pueblo, para neutralizarlo. “Así lo quieren, así lo necesitan”.
Los primeros trescientos años, destruyendo todo lo que estuvo a su alcance, ignorando la historia ancestral y distorsionado la de la invasión dejando a “Cortés y sus solados”, como héroes míticos de bronce. Y los últimos doscientos años, el Estado mexicano neocolonial de ideología criolla, ha mantenido la historia colonial de la invasión, pero además, ha tergiversado la de los mexicas, para crear su versión institucional de “la historia prehispánica de su país”, en donde la cultura mexica eclipsa total y absolutamente los miles de años, desde la invención del maíz y la agricultura hasta el colapso del periodo Clásico superior; desapareciendo los miles de años del periodo Preclásico de influencia olmeca, y los más de mil años del periodo Clásico o del esplendor de influencia teotihuacana. Para el Estado mexicano y su historia oficial prehispánica, solo existe “el imperio azteca y la gran Tenochtitlán”. En el Museo Nacional de Antropología e Historia la sala central y principal es la mexica, así queda plasmada la carga ideológica del pasado oficial de México.
La vida y obra de Hernán Cortés, como capitán y símbolo de la invasión, cobra un vigencia e importancia sobresaliente al cumplirse los 500 años de este crimen de lesa humanidad, en el que se cometió uno de los más bochornosos holocaustos y epistemicidios de la historia de la humanidad.
No es tan solo por los crímenes, despojos y abusos que se cometieron durante la invasión y el periodo colonial, sino porque, en estos últimos dos siglos se han seguido cometiendo los mismos crímenes y abusos. Desde la matanza de Cholula hasta la de Ayotzinapa. Desde la mina del Potosí hasta las del Grupo México y las mineras canadienses y norteamericanas. Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
Esta es la razón por la cual algunas personas, en este país, pretenden celebrar la invasión y las grandes riquezas que esta ha producido y sigue produciendo. Los menos, pretenden condenar las acciones y las consecuencias de la invasión, y por desgracia, a la gran mayoría, no le interesa debido al grado de enajenación y colonización en que viven. Cortés fue un psicópata, asesino, ladrón, traidor y violador, la historia lo debe de evidenciar y dejar de usarlo como un mito colonizador. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar.

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