Obstáculo Protagónico
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Opinión

Tamiz de realidad

Obstáculo Protagónico

 


Dentro del esfuerzo recíproco cabe la crítica y la corresponsabilidad, siempre que se ejerza primero de manera introspectiva. Parte de nuestra desdichada posición ante la vacunación respecto del mundo se debe a la confrontación entre los ideales del Derecho Internacional y las realidades que resisten al abatimiento de la desigualdad, o por lo menos así lo ha planteado el Secretario de Relaciones Exteriores (SRE) ante la Organización de Naciones Unidas.

En sesión del Consejo de Seguridad, el canciller Ebrard declamó un discurso de denuncia sobre la lentitud e ineficacia del mecanismo de adquisición y distribución de vacunas “COVAX” de Naciones Unidas. Trató de evidenciar con claridad que se vive una situación de disparidad en la operación de salvación epidemiológica.

Según su intervención, tres cuartas partes de las primeras dosis han sido acaparadas por diez países que representan el 60% del producto interno bruto global, señalamiento previo a hacer un llamado a la solidaridad con los países con menor capacidad adquisitiva. 

Incluyó en su reclamo las características –mismas que dan forma a las aspiraciones– del Derecho Internacional público contemporáneo, como sus aspectos social, humanista y democrático, los cuales constituyen a su vez una evolución de un modelo eminentemente liberal alrededor del concepto indiferente de soberanía estatal. Queda claro que en los conocimientos del mandatario se encuentran enraizados los ideales de la diplomacia actual.

Por sí solo, el fondo de la participación de México es intachable. Implica hacer latente la igualdad soberana de nuestro país en una tormenta de lucha sobre recursos epidemiológicos que, hasta ahora, sigue siendo de suma cero. Semejante fenómeno nos ha enseñado a la mala que como colectividad sólo podremos ser tan fuertes como el sistema de salud más débil, pues sus carencias permitirán la propagación perpetua del mal que nos aceche.

No podemos hacernos de mirada indiferente ante la crítica interna. Tras haberse suspendido el suministro de dosis Pfizer en semanas anteriores, se optó por la herramienta política de comunicar que se habían cedido dosis a favor de naciones menos favorecidas. No hemos consumido más que cantos de triunfo ante una realidad que no puede llegar.

Logra resultarnos útil hacer un análisis ponderado de dos elementos protagónicos. Primero, el elemento de los recursos que le asisten a un determinado Estado soberano en un determinado momento. En este rubro, México se encuentra relegado –aunque no de manera drástica– de las primeras potencias económicas del mundo. A pesar de ello, el resultado de los esfuerzos jurídicos y económicos parecen proyectar que seremos capaces, eventualmente, de inmunizar a la totalidad de la población. 

Luego, debe contrastar el conjunto de esfuerzos políticamente legítimos para hacer frente a la adversidad. Si bien “COVAX” es novedoso y ambicioso como mecanismo de colaboración internacional, nuestro estándar de respuesta no puede quedar circunscrito de manera exclusiva a su materialización. La presente administración se ha alejado de priorizar los recursos que destina a obras estandarte en contraposición al fortalecimiento de las instituciones de salud y la compra de insumos médicos. 

Si podemos oponer la integridad de los factores sin tentaciones nacionalistas, podremos preguntarnos si los lamentos a la comunidad internacional son parte de una estrategia de expiación política. Un inocente llamado a la utopía o una purificación a través de la identificación de responsabilidades exteriores en todos los frentes.

Solamente la madurez del tiempo podrá juzgar con su característica severidad a las decisiones de generales en batalla.

 

*Estudiante de la carrera de abogado en la Escuela Libre de Derecho.

Twitter: @richievidales