Le pasó recientemente al Consejero Presidente del Órgano Garante de Acceso a la Información Pública, Transparencia, Protección de Datos Personales y Transparencia y Buen Gobierno del Estado de Oaxaca (OGAIPO), José Luis Echeverría Morales, mejor conocido como “El Pendientito”.
Recordemos que su apodo se le endilgó cuando fungió como presidente del entonces Instituto Estatal Electoral (IEE), ahora IEEPCO en el 2010, entonces se reveló una llamada con el ex Gobernador, Ulises Ruiz Ortiz, “el mapache mayor”.
En esa comunicación el funcionario electoral le informaba a su jefe sobre el traslado de boletas electorales de la Ciudad de México a la Verde Antequera y en su conversación le recuerda “el pendiente” que tiene con él, a lo que Echeverría afirmó: “son 152 consejos municipales electorales que no tienen policía”, según data de viejas notas periodísticas.
Aunque la carrera política del priísta ya se veía perdida por el avance de Morena en Oaxaca, supo colocarse bajo el acompañamiento de sus amistades que negociaron posiciones con diputados morenistas para desaparecer el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).
A los priístas y morenistas, que fueron encabezados por Freddie Delfín, legislador que hizo y deshizo el Sistema Anticorrupción, no importó remover antes de tiempo a la entonces presidenta del Instituto, María Antonieta Velázquez Chagoya, pues temían que el actual candidato de Morena, Salomón Jara Cruz, colocara a su gente.
Por ello, junto con los diputados del PRI y Morena, traicionaron a sus mismos compañeros de la Cuatro T y en la 64 Legislatura, marginaron a Delfina Guzmán de la Jucopo para posicionar a sus allegados a estos órganos de transparencia.
Para no hacerla más el cuento, “el pendientito” señaló recientemente que varios partidos, como Morena, no estaban en la plataforma de transparencia para la rendición de cuentas, a lo que después se retractó para afirmar que no dijo lo que dijo, y si lo dijo no consultó a sus jefes.
Recordemos que María Antonieta hizo un enorme esfuerzo para tratar de rescatar el órgano de transparencia, que ahora al mando de un político como Echeverría Morales vuelve a convertirse en un elefante blanco y en una agencia de colocaciones políticas
Fiscalía, elefante reumático
Para darnos una idea de por qué el sistema de justicia no avanza y la corrupción impera en organismos como la Fiscalía General de Oaxaca, basta ver cómo opera en su interior y las deficiencias que imperan en diversas áreas.
Los trabajadores se siguen quejando no solo por la falta de pago en viáticos, sino también por la falta de material y equipo. Muchos han denunciado, incluso, que faltan hasta hojas de papel para diversos trámites, y menos llegan a impresoras en buen estado.
Estos vicios que se siguen arrastrando desde hace varios años, pese a los cambios de titulares y la promesa de mejorar el sistema de justicia. También muestra la grilla interna en diferentes espacios, como en las comandancias, donde no solo hay queja de los directivos, sino también del actuar de muchos cuerpos policiacos.
Una de las mayores irregularidades, según señalan algunos trabajadores, se da, sobre todo, con los peritos en tránsito terrestre, cuyas deficiencias y carencias han generado el retraso de hasta un año en diversos dictámenes
En el caso de un choque vehicular, por ejemplo, puede pasar hasta 12 meses para determinar la culpabilidad y fijar acción penal, debido a los retrasos en los peritos, que no solo carecen de material y equipo, sino también de disposición, conocimientos e iniciativa para agilizar los procesos.
En la fiscalía no hay unidades de motor ni viáticos para el personal que debe realizar labores de campo, con mayor incidencia en el área de servicios periciales, lo cual influye en gran medida en los dictámenes de los Ministerios Públicos.
¿Y el titular qué hace? Por eso la impartición de justicia, en Oaxaca, es nula, o se realiza al mejor postor, para que la vieja maquinaria comience a moverse.
Se perdió la ideología…y los principios
El mensaje por la radio acaba de concluir, luego de timbrar en los oídos de los pasajeros de un taxi foráneo proveniente de algún punto o comunidad conurbada del poniente de la ciudad.
Los pasajeros son poco entendidos en la política; sin embargo, al frente, del asiento del copiloto una mujer morena, regordeta señala ¡Ábrase visto! ¡Un mensaje del PRD llamando a votar por el PRI!; es cierto, algo impensable durante los primeros años del perredismo nutrido de la corriente crítica del PRI y fortalecido desde la izquierda. Esa oposición al PRI le costó vidas al perredismo. ¡Viva la ideología! Y la historia pisoteada.