LA VÍSPERA, corría en las redes sociales un llamado para que este miércoles, comerciantes y “la comunidad que ama y defiende su tierra” de Nazareno, Etla, se concentrara en la explanada de la localidad para manifestar su rechazo contra la cadena de tiendas Neto, ante la instalación, in situ, de una de sus sucursales.
EN SU CONVOCATORIA, aseguran que la empresa referida “amenaza” la economía de muchos negocios familiares, pues se verán “afectados”.
LO QUE NO DICE la marrullera parte convocante es que, los “líderes” que mueven este tipo de acciones lo hacen solo para extorsionar, para sacarle ilegítimamente dinero al empresario para después, simplemente dejar de agitar las aguas y permitir la instalación.
LAMENTABLEMENTE, satanizar a las empresas ha sido siempre una gran mina de oro que explotan, desde líderes de colonias o pueblos, hasta políticos de altas esferas. Estos saben encarnar en el empresario la fuente de todos los males, origen de la explotación, de la pobreza y ejemplo de la avaricia. Nada Más Errado; vuelvo a citar al gran WINSTON CHURCHILL (1874- 1965), histórico exprimer ministro británico que decía: “Muchos miran al empresario como el lobo que hay que abatir; otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar y muy pocos lo miran como el caballo que tira del carro”.
LA FUENTE de todos los males JAMÁS serán las empresas, por el contrario, éstas son “el caballo que tira del carro” y SOLO de ellas puede venir el fin de la pobreza (NUNCA del gobierno). No obstante, para que haya prosperidad se requiere de libertad económica y entre mayor sea ésta (entre menos obstaculice el gobierno), más posibilidades habrá de que éstas sí puedan sacar de la pobreza las naciones.
¿Cuándo las empresas presentan limitaciones para lograr prosperidad comunal ya no digamos la propia? Cuando hay gobiernos parasitarios que ven a la empresa como “la vaca a ordeñar”; cuando los primeros imponen tasas arancelarias muy altas, no solo en el Impuesto Sobre la Renta; cuando imponen salarios mínimos (muchos países desarrollados NO tienen salarios mínimos: Suiza, Austria, Noruega, Dinamarca, solo por citar un ejemplo); cuando hay reparto de utilidades obligatorio (en países desarrollados, otra vez, eso no es una obligación); cuando imponen tasas de aportación para la seguridad social tan altas –como si nos regresaran un sistema de seguridad social del primer mundo– que, reducen ENORMEMENTE las posibilidades de mejores salarios.
SI A ESTO, le agregamos los impagables impuestos locales (como los que estableció el gobierno municipal de NOÉ JARA, disfrazado de Ray Chagoya, que elevó en más de MIL por ciento, el inicio o la continuación de operaciones) o la corrupción en las oficinas de gobierno para obtener permisos de manera más rápida, estamos ante la fórmula perfecta para mantener alejada a la prosperidad y permitiendo que los líderes y políticos marrulleros hagan creer a las masas que son el bondadoso cordero cuando en realidad son el lobo.
¿Qué pasaría si hoy desaparecieran las oficinas de gobierno? Durante la pandemia del COVID, nos dimos cuenta de que prácticamente no pasa NADA. Solo estorban y sirven para cobrar una nómina. Pero ¿qué pasa si desaparecen las empresas transportadoras? ¿Qué pasa si desaparecen las empresas procesadoras de alimentos? ¿Qué pasa si ya no hubiera quién produjera autos? ¿De dónde sacaría el gobierno impuestos para sostenerse? ¿Quién daría empleo a más de 90 por ciento del sector laboral?
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