Obras, obritas y elecciones
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Obras, obritas y elecciones

 


 

Nada más empezó el periodo de campañas del proceso electoral 2023-2024 y parece que se congeló el tiempo. No solo porque parece que las campañas han durado una eternidad y durarán otra más, sino porque también parece que la actividad gubernamental ha parado.

Desde los últimos meses de 2023, las obras y acciones de gobierno empezaron a acelerarse de manera inusual. Aperturas de pavimientos, instalaciones hidráulicas, instalación de mobiliario urbano, etcétera, etcétera.

Todo iba marchando con cierta celeridad hasta el pasado 01 de marzo. Ahí fue donde casi todo se detuvo. La acción gubernamental cayó en un impase causado primordialmente por las restricciones del proceso electoral, dejando muchas acciones y obras inconclusas, especialmente en el ámbito municipal.

Dentro de todas las acciones de gobierno que entran en pausa durante este periodo electoral, las obras públicas son las más notorias, no porque se note las carencias en la infraestructura pública -la necesidad es mucha y el presupuesto asignado poco- sino porque un buen número de obras quedaron inconclusas.

Es cierto que los recursos públicos tardan en llegar a las instancias de gobierno al inicio de cada ejercicio fiscal, pero en este caso, las obras inconclusas ya tienen presupuestos asignados y podrían ser terminadas.

De hecho, no hay nada que no les permitan ser terminadas… salvo que no se podrían publicitar con el bombo y platillo que las administraciones quisieran ya que la legislación electoral les prohíbe realizar actos públicos de cierta escala para la inauguración de obras.

Un montón de obras inconclusas a lo largo y ancho de la Zona Metropolitana de Oaxaca y todo porque no podrían anunciar con altavoz su conclusión y carecerían de la percepción de reconocimiento que añoran las autoridades municipales en turno.

Y, no se trata de una magna obra, sino de cientos de obritas pequeñitas que cierran calles, generan baches, dificultan el tránsito peatonal y vehicular, que constituyen un riesgo -incluso a veces sanitario- para las personas que ahí deben convivir.

Ahora a esperar a que concluyan las campañas y a lo mejor entonces que se concluyan las obras. Esperar a que se tomen la foto para que podamos de nuevo transitar los espacios públicos con dignidad. Esperar.

Obligado es, al término de esta columna, expresar mi gratitud a Don Benjamín Fernández Pichardo y a su distinguida familia por la confianza que me han dispensado durante los últimos 10 años en los que he tenido la oportunidad de colaborar en El Imparcial, el mejor diario de Oaxaca.

@GalateaSwanson