Twitter: redes sociales, comunicación y política
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Twitter: redes sociales, comunicación y política

 


El nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, puso un ultimátum a todas y todos los trabajadores de la red social para que, al 17 de noviembre -es decir, el viernes pasado- expresaran su adhesión a la versión extrema de trabajo para el funcionamiento de la red social o, de lo contrario, renunciaran

Las prácticas extremas que el nuevo líder de la plataforma demanda de las y los empleados implica -entre otras cosas- el trabajo por largas horas y alta intensidad en la demanda por resultados para mantener su puesto (https://bbc.in/3TOKplF).

Ante ello, la respuesta ha sido la renuncia masiva de empleados y empleadas de la plataforma, generando dudas sobre la posibilidad de que la red social colapsara ante la ausencia de gran parte del personal que lo hacía funcionar. Los hashtags #TwitterOFF y #RIPTwitter inundaron la red mientras las usuarias y usuarios se mantenían expectantes la caída de la plataforma, cosa que no sucedió.

Desde la adquisición de la red por Elon Musk, y tras anuncios desafiantes sobre el inicio de cobros y nuevas políticas para la moderación de contenidos, el vaticinio de la caída de la red ha sido una constante que aún no se ha materializado.

El paro de funcionamiento de Twitter significaría un duro golpe a las prácticas reinantes de la comunicación política a nivel global. Las cuentas verificadas de mujeres y hombres líderes de estado y gobierno, activista, académicas y académicos, así como de instituciones y muchos, muchos más, que servían como fuente oficial para la población y los medios podría perderse de un día para otro.

Probablemente, en nuestro país, podría implicar la resurrección de Facebook como plataforma oficial de comunicación por el alto número de usuarias y usuarios que se concentran en la misma y la existencia de perfiles ya creados que deberán reforzarse para ahora convertirse en la plataforma principal de contacto de instituciones y personas de relevancia pública. Sin embargo, en otros países donde Facebook es una red en franco desuso y más bien peligro de extinción, podría representarle una oportunidad de fortalecimiento y salida a flote.

La migración masiva a otra red social no se ha logrado. En Twitter se discute la posibilidad de integrarse a Mastodon o MeWe, pero ninguna ha sido satisfactoria para poder constituirse como efectivo sustituto.

También, las redes sociales -las tangibles, las de la articulación de discursos y esfuerzos- sufrirán la posible pérdida del espacio, lo que puede ser una realidad aún cuando la red siga operando. Las políticas de Musk, que han generado gran preocupación por la posible proliferación de discurso de odio y de priorización de los ingresos a la calidad de la información difundida en la red. Su primer descalabro fue la ocurrencia de monetizar las cuentas, lo que generó que miles de personas pagaran una verificación para suplantar a instituciones y personas públicas que tuvo consecuencias en las bolsas y en economía de empresas de forma directa (https://bit.ly/3Ek1AWJ).

Este tipo de políticas pueden derivar en una pronta pérdida de la credibilidad de la red, el abandono masivo de las personas usuarias y, al final, la trivialización de la existencia de la plataforma. A esto algunas personas han nombrado “el suicidio de Twitter”. 

En la era dorada de las redes sociales la pérdida de Twitter significaría un parteaguas para las prácticas de comunicación pública. Se deberán reinventar fórmulas, medios y modelos de comunicación, lo que parece será una constante de aquí en adelante. La comunicación personal, de medios e institucional es una parte fundamental de nuestros tiempos y hoy por hoy el cambio será la norma.

@GalateaSwanson