Reza el refrán “Repite una mentira mil veces y se convertirá en verdad” y tal parece que este gobierno se basa en mentiras constantes que a mansalva lanzan diariamente en defensa de la serie de errores y equivocaciones que en el que hacer público se registra. Lastima y duele ver el cinismo con el que miente el presidente López Obrador para defender la ineficiencia de su gobierno que está dando al traste de su equilibro gubernamental, esta serie de mentiras viene debilitando el quehacer público de la cuarta transformación, que se ha estado apuntalando a base de mentiras, denuestos y calumnias, pues no hay día en que no se ataque a los adversarios a los conservadores y lo que es peor, se trate de socavar a las instituciones que sostienen los puntales de la democracia.
No se puede soslayar el apoyo popular del que goza López Obrador, pero es el apoyo de los peores mexicanos que ya han sido envenenados con la sed de la venganza y que han sido engañados de que el progreso de México ha sido detenido a causa de la pandemia, “que les vino como anillo al dedo”, para justificar su ineficacia, su ineptitud y el gobierno de los peores que no están capacitados ni para manejar la economía ni la paz social como un pueblo como el mexicano, que por desgracia está condenado a la mediocridad y destinada a la desgracia colectiva, pues los ricos y los grandes capitales que sostenían la economía nacional ya han huido a otros países. La estampida y deserción de los integrantes del gabinete presidencial están a la orden del día y solo basta escuchar sus quejas y lamentaciones sobre un mal gobierno lleno de contradicciones, ocurrencias, berrinches y caprichos.
Quisiéramos festejar alguna buena acción presidencial pero no existen, pues no hay nada que aplaudir.