¡Así no puede!
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Opinión

Mis dos centavos

¡Así no puede!

 


Oaxaca, Guerrero y Chiapas, con la peor calidad de vida en México. (Coneval 2018)

En una reciente visita a la capital del Estado de Oaxaca, el exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José Ramón Cossío, reconoció que la impartición de justicia tiene deficiencias que llegan a minar la confianza de la sociedad.
En otras palabras, cuando leemos que en un barrio de la ciudad de Oaxaca se arman con palos, silbatos o lo que pueden para hacer frente a la delincuencia, vemos cómo esas deficiencias que mencionó el doctor Cossío, nos afectan y ponemos en duda toda acción de las instituciones del estado.
No les creemos, “ni la O por lo redondo” –dijera mi abuela–.
Y es que basta con hacer una revisión sencilla de lo que aparece en los diarios para darnos cuenta que la confianza de la sociedad se encuentra en el limbo.
El gobierno va perdiendo legitimidad, porque creo que para llegar a ser gobierno, tuvo cierto grado de ello. Sin embargo, en la ciudad de Oaxaca, es común ver noticias sobre delincuentes atrapados en flagrancia, pero que son liberados por alguna falla en la integración del legajo de investigación, porque las autoridades no velaron por el debido proceso, por ignorancia o conveniencia, sólo ellos lo sabrán.
Pero, tal pareciera que para las burbujas del poder, las cúpulas donde se encuentran aquellas personas que dicen administrar o gobernar una entidad, las realidades son distintas a la de la mayoría de las personas que salen de su casa muy temprano con temor a ser asaltados en la calle, a ser víctimas de un secuestro o a ser arrollados por algún camión.
De estos últimos, la Secretaría de Movilidad (Semovi) dio a conocer que cerca de la mitad de 900 camiones que circulan en la ciudad, se podrían calificar como “chatarras”, es decir, no sólo podrían arrollarnos, también podríamos contraer alguna infección entre tanto fierro viejo que contamina y circula en lo que alguna vez fue conocida como la Verde Antequera.
Y así, si usted le pregunta a la persona que está a su lado que opina de esos camiones y de cómo los delincuentes se salen con la suya, la respuesta es coraje -mucho y con razón-, pero acompañados de una desconfianza hacia lo que el gobierno puede hacer para solucionar este problema.
Cuando el mismo gobierno sale a declarar que mantiene cerca de 2 mil casos abiertos por corrupción, pero al mismo tiempo, el Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE) dice que no auditará a los municipios más grandes, sobre los que recaen sendos señalamientos de una pésima administración.
Esa fórmula de alimentar la desconfianza no trae buenos dividendos para los gobiernos, sí para algunos partidos, pero quién lo cultivó, hoy es gobierno y a nivel federal, las cosas tampoco son muy alentadoras.
Si vemos la zozobra en que se encuentran miles de burócratas que no tienen certeza de si continuarán laborando la próxima quincena o ésta será la última. Pues a pesar del intento del director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, para avivar el descontento social y posicionar las acciones del gobierno federal, los departamentos en Estados Unidos por parte del gabinete de Andrés Manuel López Obrador, tiran de un zarpazo la lista negra de CFE.
Y si a esto le sumamos las declaraciones de la titular del Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, para quien estudiar fuera del país es un sueño sólo alcanzable para los “Fifís”, porque enviar a estudiantes al extranjero es para dejarlos ahí a costa del estado, WTF, ¡señora sí los jóvenes se quedan allá, son por las oportunidades que aquí no encuentran!, y pues así… está complicado que la sociedad no tenga esa desconfianza, ese coraje y los gobiernos pierdan legitimidad.
Y más coraje nos da cuando, vemos que las organizaciones sociales creadas desde los gobiernos y que son el motor de la clase política, recurre al chantaje para obtener lo que las comunidades que representan necesitan, y es… más dinero para sus líderes, que a golpe de machete se manifiestan de manera violenta “pacíficamente” para exigir “solicitar” que se haga lo que ellos quieren “justicia”, bajo la amenaza “advertencia” de violar la ley “radicalizar sus acciones”.
Usando esas frases coloquiales que tanto gustan al presidente López Obrador, #AsíNoSePinchesPuede y no es sólo para el gobierno federal, pues a nivel local, el gobernador Alejandro Murat, debe llamar a su gabinete y decirles que no los contrató porque son sus amigos, sino para dar resultados, pues a pesar de la Alerta de Género, el mes de enero ha sido el más violento para las mujeres en Oaxaca y cuando la Fiscalía General del Estado es llamada a rendir cuentas, lleva un séquito de empleados para gritar falsos vítores y tratar de opacar una verdad que lastima.
Así no gobernador, así no presidente. Seguir alimentando la desconfianza de la sociedad nos llevará a un estadio de anarquismo, donde el imperio de la ley será cuestión olvidada, como dijeran los Tigres del Norte.
Dejen su burbuja por un momento y vean la realidad, dejen de escuchar a sus asesores que pueden tener sendos doctorados y maestrías, pero que esta mañana no sufrieron para preparar el lunch de sus peques en casa o dejaron de hacer sus tres comidas diarias. No olviden que un pueblo con hambre y sed de justicia puede armar una revolución.