¿Qué es el feminismo y qué no lo es?
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¿Qué es el feminismo y qué no lo es?

 


El feminismo ha tomado mayor fuerza en estos últimos años, podemos ver como se suman más y más mujeres de todas las edades, pero en especial las jóvenes, mujeres que nos encontramos en una etapa de formación académica e ideológica, por lo que, tanto el movimiento como las personas que se unan a él adquieren una gran responsabilidad, pues como decía Eduardo Galeano, la utopía sirve para hacer caminar a las personas y siguiendo esta idea, para saber hacia dónde caminar se debe saber que se persigue, por lo que resulta necesario conocer que, ¿Qué es la ideología feminista y qué no lo es?

Podemos empezar estableciendo que el feminismo no es un antónimo del machismo en virtud que,  todavía hoy existe una equivocada comprensión del término, ello derivado del desconocimiento. El machismo es una conducta violenta, dominadora y agresiva de parte del hombre por lo que su contraparte sería el hembrismo, como un modelo de imposición violenta y dominadora de las mujeres sobre el hombre.

El feminismo es un movimiento político, social y filosófico que afirma a las mujeres como personas con derechos. Este movimiento se origina a la par con las luchas revolucionarias y libertarias, especialmente, con los ideales emancipatorias de la revolución francesa del siglo XVIII y XIX, de esta forma mientras en 1789 fue aprobada la Declaración del Hombre y del Ciudadano, Olympe de Gouges redactó en 1791 la Declaración de la Mujer y de la Ciudadana, una declaración que no figuraba en los manuales de Derecho Constitucional pero que CNDH ya reconoce como un referente importante en el reconocimiento de los Derechos de la Mujer.

Existe una variedad de corrientes feministas, pues depende del contexto social, histórico, cultural y religioso de la vida cotidiana de las mujeres, y es así como se estructuran los feminismos. Existe el feminismo del norte (Europa y América del Norte, EU), el feminismo del sur o del tercer mundo, el feminismo asiático y el feminismo africano. Pero también, existen dos corrientes feministas históricas: el feminismo de la igualdad y el de la diferencia.

En nuestro caso, a México se le ubica dentro del feminismo del tercer mundo:

“El feminismo del tercer mundo o de las diferencias no solo se fija en la diferencia de género, sino también en las diferencias de raza, clase, etnia, cultura sexualidad y religión. Sin embargo, al contrario que la teoría feminista postmoderna, no sólo señala la discursividad de tales diferencias, sino también su materialidad. Pone de relieve el error cometido por el feminismo eurocéntrico al considerar la experiencia cultural y política de las mujeres blancas de clase media es representativa de la experiencia y situación de todas las mujeres. Como alternativa, insiste en que hay todo un abanico de estructuras multiplicativas  de dominación que determinan de manera diferente la vida de las mujeres”.

En México, es a inicios de la década de 1950  que el movimiento feminista cobra su esplendor, especialmente entre las mujeres educadas de clase media, sin embargo Elvira Carrillo Puerto veterana de la Revolución Mexicana y comunista, creó en 1912 la liga Feminista Campesina, y en 1922 fue la primer mujer elegida como diputada en el congreso local de Yucatán, así mismo fundó la Liga feminista de Yucatán al lado de Beatriz Peniche de Ponce quienes en 1923 logran el reconocimiento al voto femenino a nivel municipal y estatal para tres mujeres electas diputas locales.  Las primeras feministas en México en su mayoría fueron educadoras, quienes pugnaron por el derecho al voto y a la educación.

Es importante concluir en que el feminismo no excluye, sino que incluye a los hombres y los exhorta a un cambio de relaciones de igualdad sustantiva, y propone un nuevo orden social, político, económico y eclesial beneficioso para hombres y mujeres por igual fundamentado en la armonía, y nunca en el dominio o imposición violenta.