Los dos Benitos: Juárez y Mussolini
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Los dos Benitos: Juárez y Mussolini

 


Es conveniente saber el origen de los nombres. Esta vez transcribiremos: “Benito: forma popular española del latín Benedictus, o sea Benedicto…En italiano, Benedetto; francés, Benoít; alemán, Benedikt; inglés Benedict, Bennet; portugués, Bento” (Diccionario de nombres propios, por Gutierre Tibón, México, FCE, 1986 –cuando esta editorial era dirigida dignamente–). Pero tal nombre proviene de la versión hebrea: Baruch (como Spinoza, el filósofo) “Bendito” que corresponde a nuestro Benito y Benedicto; con variantes gráficas: Baruj, Baruc (Tibón).

Según el antiguo ‘ordo’, la festividad de San Benito Abad, se celebraba el 21 de marzo. Pero según el nuevo ‘ordo’ del santoral católico, la nueva fecha para ese santo es el 11 de julio. Sobra decir que el 21 de marzo de 1806 nació en San Pablo, Provincia de Oajaca, perteneciente a la Parroquia de Santo Tomás, donde fue bautizado al día siguiente, con los nombres de “Benito Pablo”.  Los que quieran pueden aclarar que los pueblos se llaman Guelatao e Ixtlán, así es, en efecto. Ese Benito nació pues, en el Virreinato de la Nueva España, era súbdito de la Corona Española.

El 29 de julio de 1883, nacía en un pueblecito llamado Dovia di Predappio, Emilia-Romaña, Italia, un niño a quien su padre, herrero de oficio, le propinó tres nombres: Benito Amilcare Andrea. No usó la forma italiana “Benedetto”, a decir de la tradición oral que fue en honor de Benito el de San Pablo, pero a diferencia de éste, no fue bautizado por la Iglesia; el señor herrero Mussolini era ateo y simpatizante de la causa republicana que antes había encabezado Garibaldi. Benito-Amilcare-Andrea, sólo usaba el primer nombre y firmaba simplemente “Benito Mussolini”. El de San Pablo, Oaxaca, siempre usó y firmó “Benito Juárez” (jamás anotó, como ahora le acomodan, el apellido de su señora madre, Brígida García), pero mientras cursó estudios eclesiásticos en el insigne Seminario Pontificio de la Santa Cruz, Diócesis de Antequera, en los libros de registro y examen se le llamaba “Benito Pablo Juárez” y en el Instituto de ciencias y Artes, Benito Juárez. En casi todo el siglo XIX y antes, no se usaban los apellidos maternos.

Los dos Benitos fueron gobernantes de sus países. Uno de ellos es considerado de manera oficial y para cierto sector ideológico, el “mejor presidente que ha tenido México”; pero para otros, también por razones ideológicas, ha sido “el más perverso presidente de México”. El otro Benito, el italiano, fue dictador de su país y gobernó (también) con mano dura. El Benito mexicano, por sus ideas liberales y de filiación masónica, combatió a la Iglesia (en su época no se hablaba de “iglesias”, sólo había una, por antonomasia, la Católica Romana) y la separó del Estado, generando con ello descontento popular, una guerra civil, una invasión francesa y la llegada de un emperador (liberal auténtico, quizá más que el Benito de aquí). El Benito de allá, firmó un Concordato en 1929 con el Papa Pio XI y con ello se fijaban los límites territoriales de la Santa Sede (44 hectáreas, la Ciudad del Vaticano). Ese Benito no separó la Iglesia del Estado.

El Benito local permaneció más de 14 años en el poder presidencial que ejerció con mano dura (durísima) y a su muerte en Palacio Nacional, dejó un país empobrecido y dividido, ocurriendo intentos de cuartelazos y revoluciones (La Noria y Tuxtepec, entre otras). El rescate de su figura oficial lo realizó Porfirio Díaz, paisano suyo y a quien se le debe el triunfo del Partido Liberal juarista y la derrota de los conservadores de entonces (porque ahora se dice que hay otros).

El Benito italiano, gobernó 20 años. Creó el fascismo, que es símbolo de intolerancia, tiranía, racismo, autocracia y persecución a la prensa y a la libertad de expresión. Le dio prestigio a su país y lo convirtió en una potencia militar, pero se metió innecesariamente en la guerra y con ello facilitó la derrota de su aliado Nazi. Defenestrado en 1943, volvió para encabezar un gobierno títere hasta que los partisanos lo asesinaron en 1945 y su cuerpo colgado en Milán para el escarnio público.

Después de 75 años, el Benito fascista dictador, apareció virtualmente en el LXXV aniversario de la fundación de la ONU, citado por un presidente que admira al Benito de acá. Que el lector o lectora interprete. Es larga historia.