Jueves Negro

AL FILO DE LA MEDIANOCHE del jueves, cayó como balde de agua fría a los morenistas locales, afines a SALOMÓN JARA, la noticia de que el exgobernador ALEJANDRO MURAT, se registró como candidato de MORENA al Senado de la República, por la cómoda vía plurinominal.

JUEVES NEGRO para el gobierno de JARA, que despertó con los trascendidos de medios nacionales que ventilaban la posibilidad, de que dos antagonistas de la Primavera Oaxaqueña, aparecieran en la lista de MORENA de candidatos plurinominales al Senado de la República.

CORRÍAN las horas y el rumor del posible registro de SUSANA HARP, –que la ponía en la antesala de la reelección sin medirse en las urnas– se disipó.

PERO EL JUEVES, no podía ser menos complicado para el Jarismo; por el contrario, antes de que concluyera la difícil jornada, se confirmaba la presencia del exgobernador en una sede alterna de MORENA, para hacer lo propio.

SI EN ESTE PROCESO electoral, MORENA conserva el respaldo ciudadano que obtuvo en 2018, podría obtener 13 escaños plurinominales en el Senado, escenario que se antoja complicado, si comparamos al entonces candidato OBRADOR y su capacidad para conectar con el electorado, condición que la vergüenza de los judíos, CLAUDIA SHEINBAUM, NO tiene.

POR LO ANTERIOR, podemos intuir que habrá 5 senadores oaxaqueños en la próxima legislatura; 2 de mayoría y uno de primera minoría; 2 plurinominales; de ellos, cuatro podrían estar en el carril sucesorio de la gubernatura, pero lo que sí es un hecho, es que los senadores antagonistas a JARA, superarán en número a sus pares oaxaqueños.

EL DETALLE que pasó desapercibido para muchos, pero no para el candidato en ciernes al Senado por el PT, el impresentable Cara Sucia, fue el registro de FERNÁNDEZ NOROÑA, como candidato al Senado, por la vía plurinominal por MORENA y no por el PT, señal que fue entendida como el abandono del barco petista, por parte del polémico legislador, ante la posibilidad de la pérdida del registro –a escala nacional– de la franquicia partidista que el Cara Sucia regentea en Oaxaca.

SIMILITUDES II

CONTINÚO con la transcripción del documental sobre Venezuela, que anticipa, “lo que podría ocurrir, si la gente no IMPIDE, mediante el voto (quizá nuestra última oportunidad democrática), la cristalización de la dictadura”.

Tras ganar la presidencia en 1998, HUGO CHÁVEZ, “convocó a un referéndum” y cambió la constitución venezolana y dio paso a la reelección, que hoy tiene a Venezuela en una dictadura que ya superó un cuarto de siglo (26 años, en realidad) y no se ve posible su fin.

Tras esto, “comenzó la política que sería de las más perjudiciales para la economía venezolana; esa política fue la expropiación, también llamada nacionalización. En esencia, significaba que el gobierno confiscaba empresas o tierras de ciudadanos particulares. Los primeros ejemplos, fueron la expropiación de tierras agrícolas; Chávez quería arrebatar la tierra a los ricos y dársela a los pobres. Otorgó a funcionarios de bajo rango el poder de confiscar tierras (…) todo esto se prestaba para abusos y los funcionarios se limitaban a confiscar tierras y dárselas a sus amigos o partidarios políticos; personas que invirtieron años en sus granjas, verían como se les quitaba todo (…)

“–A mí nunca me han dicho que me han quitado la finca, no me han pagado mi terreno; a menudo, las expropiaciones, no eran más que saqueos autorizados por el gobierno. Empezaron en ese momento a tomar posesión de los tractores y empezaron a saquear prácticamente toda la finca–” Comenta uno de los venezolanos afectados.

ENTONCES, “había muchos grupos poderosos en su contra (de Chávez); las empresas, los sindicatos, la iglesia, los medios de comunicación e incluso parte del ejército. En los siguientes años, habría tres grandes intentos para sacar a Chávez del poder; se intentó un golpe de estado el 12 de abril del 2002 (…) fue arrestado por militares y trasladado a una isla cercana (…) En su lugar, (de Chávez) se puso un líder empresarial conservador (…) El golpe falló (…) Los partidarios de Chávez, salieron a la calle a protestar, 50 personas murieron. En cuatro días, los militares leales a Chávez retomaron el Palacio presidencial y el nuevo gobierno tuvo que huir; Chávez (…) volvió al poder”.

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