Inexistente

HACE unas semanas fui testigo de un asalto a un joven vendedor de elotes y esquites, el típico par de bellacos montados en una motocicleta, pistola en mano, descendió uno de la unidad, arrinconó al muchachito que empujaba su triciclo y le quitaron el dinero que había vendido a lo largo de la tarde y parte de la noche.

EN LAS CALLES de San Martín Mexicapan, el dueño de un carrito de hamburguesas fue asaltado. Dos tipos en motocicleta se bajaron, pidieron un par de bebidas y sus respectivos alimentos. Cuando el propietario les pretendía cobrar, el pago fue una golpiza. El vendedor cayó al suelo inconsciente, cuando reaccionó, los tipos le habían quitado todo el dinero de la venta del día.

EN OTRA ZONA, pero del mismo rumbo, la víctima fue otro vendedor de elotes y esquites, también un mozuelo.

IGUAL, un par de asaltantes en motocicleta, abordaron al casi niño, pero en esta ocasión, éste opuso resistencia, acción que terminó en tragedia.

LO GOLPEARON severamente, los daños físicos fueron terribles, un riñón dañado y un testículo reventado prácticamente.

–Lleva un mes orinando sangre, está en el hospital y sigue muy mal– narraba desconsolada la mamá del afectado.

HISTORIAS como ésta ocurren a diario en nuestra ciudad como si no EXISTIERA un gobierno, una policía responsable de la prevención de los delitos, de brindarnos seguridad. Como si viviéramos en la época de las cavernas, donde impera la ley del más fuerte. Si el gobierno cobra impuestos y éstos NO se traducen en seguridad, en salud, en estado de derecho, etcétera, entonces este cobro debe considerarse ROBO.

PERO todo esto, sucede por complicidades, la policía sabe –cuando aparece este tipo de asaltantes– quiénes son. La realidad es que miran a otro lado.

HASTA parece sorna cuando el edil, FRANCISCO MARTÍNEZ, decía –en el aniversario 491 de la elevación a rango de ciudad de Oaxaca– que era muy importante honrar a nuestra ciudad con trabajo. ¿Por qué no la honra él brindando SEGURIDAD?

EL SALTO DEL CHAPULÍN

VECINOS del Fraccionamiento la Fundición se han excedido en su deseo de REDUCIR el flujo vehicular que corre por la calle Hierro y su continuación por la calle Siderita, en un primer momento han intentado cerrar el paso a camiones pesados, sembrando postes de concreto para reducir a un carril diminuto la calle, lo que además de alentar la circulación, consecuentemente genera más contaminación.

HASTA un arco han puesto para evitar que pasen camiones de mayor altura. Hoy, camionetas altas y camiones al intentar cruzar por esa calle se tienen que regresar y complican enormemente el flujo vehicular.

Lo peor. Se menciona que tienen la intención de colocar una reja –a guisa de portón– y cerrar así totalmente esa vía al flujo vehicular.

Todas las calles de ese Fraccionamiento han sido cerradas colocando rejas y hasta un muro se levantó en una calle que conectaba a esta zona habitacional con la avenida Mexicapan.

Está bien que, ante tanta inseguridad busquen alternativas de protección que no brinda ni el gobierno municipal, ni el estatal. Pero no puede ser “enrejando” esas calles y cerrando el paso a una vía hoy neurálgica de la zona.

LA calle Hierro-Siderita conecta a la parte de San Juanito con San Martín Mexicapan, ya son varias ocasiones en que los vecinos han cerrado completamente esta calle (colocando montañas de tierra o colocando escombro) esto ha causado molestias enormes a los que la utilizan.

HASTA grupos de mototaxistas han advertido que, si cierran esa vía –como lo han hecho en todas las demás calles del fraccionamiento– se movilizarán y que, derribarían con violencia el intento de volver privada una calle que, como tal es de TODOS.

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