La barcaza de Salomón
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Escaparate Político

La barcaza de Salomón

 


Para términos históricos y con el fin de que en Oaxaca estemos alertas para no tropezar dos veces con faunas políticas similares que han vapuleado nuestra ciudad, hoy voy a dejar testimonios que confirman el grado de toxicidad de un maniobrero de la política como el Demonio de Tasmania. 

Me refiero al antes sicario de la política, Flavio Sosa Villavicencio, “castigado” hoy con esa gran paradoja que lo ubica en la élite de esos magnates que tanto odiaba y atacaba con sus fogosas arengas en sus años de asalariado de diversos capos de la política. Eso era antes que lo adquiriera el gran saqueador de Oaxaca, Gabino Cué, quien lo llenó de poder y riqueza.

Este arrebatado agitador, especie de corchete en todos los partidos, hoy es operador relevante de cuanta maquinación surge en el fantaseado proyecto “Salomón gobernador”. Pero impetuoso como es, puede terminar derrumbándolo.

En el mismo lenguaje del senador Jara hay que decir a estos que confunden la política con la iracundia: Serénense, señores. No por mucho agitar (en el Istmo de Tehuantepec) amanece más temprano. Lo que están provocando es hundir la frágil barcaza en la que Salomón Jara piensa llegar al puerto de la candidatura.    

He aquí algunas causas que enseñan que invocar al demonio (de Tasmania) siempre resulta peligroso.  

CATASTRÓFICO         

Cómo olvidar aquellas fotos del 2006: El demonio sentado negociando con los políticos instigadores del equipo de Gabino Cué y otros perversos del PRI para luego encabezar las marchas incendiarias con las arengas de la “primera revolución del siglo 21”.

Nadie desconoce su gran popularidad. Flavio es bien conocido. De allí la seguridad de los deudos de Donato López Castro, uno de los diez campesinos masacrados en Choápam, al señalarlo a él y a otros de sus seguidores, como culpables del ataque.

Nabor, hermano del fallecido Donato, afirma que los que planearon la emboscada fueron los profesores de la escuela primaria y del jardín de niños, entre ellos: Uziel Luciano, Antonino Esteva Matías Cano, David Matías López, Esteban Julián Fernández, Cirilo Hernández Calderón, Jaime Montelongo, Noel Marcial, Denis Gutiérrez Jarquín, Leovigildo Díaz Jerónimo, Wilfrido Solís Cano, Bonifacio Yescas Gregorio, Nibardo Cano Matías, Rosalía Castro López, Alberto Martínez Yescas, Ivonne López, Tomás Gregorio Manzano, Emiliano Bautista Fuentes, Bertoldo Yescas, Constantino Bernardino, Leovigildo Leonel Chávez. Todos éstos atendían puntualmente las instrucciones de Flavio y sus lugartenientes César Mateos y Armando Contreras. Con este último ya se distanció.  Estos llegaron a Choápam en diversas ocasiones para indoctrinar a los seguidores del petista que supuestamente ganó la elección municipal y que se oponía a una nueva votación.

Señalaron a Erik Dionet Gutiérrez como el hombre que prestó la camioneta para trasladar a los encapuchados que dispararon.

Si Flavio no estuviera ligado al poder, de todos los colores, aquella masacre ya se hubiera castigado. Negoció con el PRI y el PAN. Ambos partidos lo protegieron con una breve estancia en la cárcel después de la devastación que provocó en la capital de Oaxaca en el 2006. La alianza PAN-PRD-MC, a través de Gabino, lo empoderó. Morena ordenó archivar el expediente judicial de la masacre de Choápam ¿Alguien duda de las complicidades y del poder del demonio?  

Si la justicia se aplicara realmente en este caso, no debería ignorar los señalamientos contra Servando Dionet y Ángel Hernández en cuyo terreno, dicen los deudos, se planeó la emboscada de Choápam, así como la acusación contra el administrador municipal, Jesús Cerqueda, quien prestó la retroexcavadora para romper el camino donde ejecutaron la masacre. 

La confabulación para crimen tan atroz la describen los deudos de las víctimas. Señalan que los que tienen que ver directamente en la masacre “son los maestros de la preprimaria y la primaria del lugar, porque no quieren perder el poder. Siempre han sido autoridades tanto en la cabecera como en las agencias donde tienen a sus familiares”. 

Sostienen que estos profesores se han ganado el repudio del pueblo porque nunca rinden cuentas ni hacen obras, no comparten los recursos del ramo 28 con las agencias y menos con las rancherías. Esto fue lo que detonó la inconformidad que ordenó Comuna aplastar matando a 10 campesinos y causando heridas a 16 más.

Estos “reivindicadores” del pueblo apagaron con la muerte de ciudadanos de Choápam su exigencia a votar en la elección de presidente municipal. Esto es lo que reprimieron Flavio y César Mateos contra sus soflamas de “alto a la represión”. 

 

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