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Entre las más de 800 “organizaciones sociales” que lucran con la industria del chantaje político en Oaxaca, está una que encontró en las casetas de peaje de la súper carretera, una auténtica mina de oro. Me refiero al llamado Comité de Víctimas de Nochixtlán (Covic) que, por ser un magnífico negocio el cartel 22 lo mantiene activo desde junio del 2016.

Reportes oficiales indican que el mal ejemplo cunde. Diferentes corrientes políticas en el país que se han sumado a este método de extorsión con la toma de casetas, causaron pérdidas por más de 3 mil millones de pesos, solo en el 2019. Esta es la cantidad de dinero que dejan de recibir la paraestatal Caminos y Puentes Federales de Ingresos y otros concesionarios, pero se calcula que la cantidad que va a dar a los bolsillos de los que mueven a esos grupos y a sus activistas, pasa de los 4 mmdp si partimos de que la tarifa mínima que aceptan de cada automovilista son cien pesos. A los camioneros y traileros, les exigen 200 pesos mediante amenaza tumultuaria. Además, les ha dado por saquear camiones con cargamentos de refrescos, cerveza y alimentos. En muy pocas ocasiones la Policía ha recibido órdenes de retirarlos. 

Las casetas de Huitzo, Nochixtlán, Miahuatlán y el cruce con Tehuacán, son los lugares donde, con más frecuencia atracan los normalistas y grupos afines al cartel 22.  En la primera de las casetas mencionadas, por ejemplo, los vándalos hacen que los automovilistas llenen de billetes cada dos horas, en cada carril, un garrafón de los que se utilizan para agua. No pocos reporteros han visto que, a la hora del conteo ante los dirigentes, obtienen de 50 a cien mil pesos en cada garrafón, de acuerdo a la denominación de los billetes. 

COVIC, NO COVID 

Esta lucrativa acción política la idearon los del Covic en Nochixtlán donde, a la hora que los líderes quieren dinero, con cualquier pretexto toman la caseta.   

El cerebro que los mueve es el cartel22, pero al frente están algunos profesores y dirigentes de organizaciones variopintas que, por la violencia de sus acciones, en Nochixtlán los identifican como verdaderos rufianes. 

El último de los lidercillos del Covic que mostró públicamente su temeridad al golpear físicamente en junio del 2017 al entonces Defensor de los Derechos Humanos de Oaxaca, Arturo Peimbert fue David Venegas, alías El Alebrije. Encabeza el grupo La Guardería.

Aunque Peimbert era uno de los mecenas del Alebrije y su grupo, tuvieron diferencias porque la DDHO dejó de financiarlo. Al encontrarse en Nochixtlán le propinó una patada al presidente de la Defensoría de los Derechos Humanos. El escándalo fue mayúsculo, pero nada inhibe a los que lucran con el Covic.  

La toma de casetas no es exclusiva de Oaxaca. El Diario Reforma dio a conocer que esta práctica ya se extendió a todo el país. “Se ha convertido en un millonario negocio de grupos que incluso se turnan los horarios para pedir a los automovilistas el pago del peaje”.

COMO CRIMEN ORGANIZADO  

“El problema se ha recrudecido este año con el pretexto de la epidemia de Covid-19. Personas que se presentan como cirqueros, ferieros, comerciantes ambulantes, choferes del transporte público y prestadores de servicios turísticos se han sumado a los grupos que realizan “boteos” en las casetas.

“Es una especie de crimen organizado; son agrupaciones distintas, pero en algún momento tienen conexión entre ellas, se comparten estrategias y toman las casetas de manera escalonada”.

En el contexto de la pandemia, el riesgo es aún mayor, pues no sólo se agrede a los automovilistas que se niegan a cooperar, si no que el descontrol sanitario es extremo.

PERSISTEN EN OAXACA 

Aunque a principios de su gobierno el presidente AMLO dijo en uno de sus discursos que la toma de casetas de peaje en las supercarreteras, significa delito federal, no ha ordenado acotar este fenómeno. 

A eso se debe que el Covic de Nochixtlán y su sostenedor el cartel 22, sigan apegados al chantaje político. El pretexto es recordar cada 19 de junio el fallido desalojo por parte de la PFP de la supercarretera que bloquearon por varios días. 

Como sus lidercillos no quieren que el negocio desaparezca, a un mes de que se cumplan 4 años de aquel desalojo, ayer montaron una guardia “a los caídos del 19 de junio del 2016”. 

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