Malosos a raya
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Escaparate Político

Malosos a raya

 


Coraje mayúsculo dicen que hicieron pasar al general comandante de la octava Región Militar, Alfonso Duarte, al enterarse de lo siguiente:

Primero, el alto riesgo que implicó para los soldados y policías la captura de otro de los capos de la banda de los Therán, en el Istmo de Tehuantepec.

Segundo, la facilidad con que los fiscales federales le permitieron la libertad al no integrar bien -dicen- las carpetas de investigación.

Un asunto muy polémico, pero como el mundo sigue su marcha, al inicio de esta semana, el jefe militar, ahora al lado del gobernador Alejandro Murat, encabezó nuevamente la conferencia de Prensa mañanera en Palacio de gobierno donde dieron a conocer la noticia de que “en Oaxaca ningún cartel opera abiertamente”.

La primera noticia grata la dio Alejandro Murat. Dijo que estamos en el lugar 17 a nivel nacional lo que significa que en Oaxaca hay esfuerzos por atajar el avance del crimen organizado. La incidencia delictiva es baja en comparación con lugares como Guerrero, Estado de México, Veracruz, etc.

El Secretario de Seguridad, Raymundo Tuñón, también estuvo para hablar del tema, hizo referencia al presupuesto que no es muy generoso, pero hay con que combatir a los malosos. Son, aproximadamente, mil 411 millones de pesos más 270 millones que aporta el gobierno estatal.

El comandante militar en cuya autoridad hoy, gracias a las nuevas estrategias de la Guardia Nacional, recae la principal responsabilidad en el combate a la delincuencia, fue preciso al decir que “no hay carteles en la entidad” peleando la plaza, que a los que hay que combatir son los “grupos domésticos”. Es decir, los de casa.

Casi delincuentes
La manera de operar, cuasi delincuencial, de algunas pandillas y sindicatos nos refiere a que esos “grupos domésticos” a los que hace mención el jefe militar, pudieran ser los del Libertad, CTM, la disminuida CNP, o las organizaciones rémoras de la sección 22 que ya mostraron a Oaxaca, en el 2006, de su gran capacidad como incendiarios. O los transportistas capaces de decapitar a sus adversarios.

Su habilidad en el pillaje lo confirman las hordas de normalistas secuestrando autobuses urbanos para embolsarse el dinero o saqueando camiones de cervezas y refrescos. Estos pudieran ser, entre otros, los delincuentes “domésticos”.

Exportadores
El sindicato Libertad exporta su violencia. En el Estado de México y la CdMx, hacen lo que saben hacer: violentar, amenazas y hasta asesinar. Sus planes en Oaxaca para aglutinar a los piperos, taxistas, mototaxis, camioneros y hasta comerciantes ambulantes, habla de su decisión de avasallamiento mediante la violencia.

Estas prácticas las iniciaron en Oaxaca y ahora las reemiten a otros sindicatos en diferentes estados. El control de obreros, a través del sindicalismo, históricamente ha significado poder económico y político.
Este fenómeno se expande en este momento. Ha comenzado una auténtica guerra por el acaparamiento de sindicatos. En Oaxaca presenciamos la beligerancia con que Libertad arrebata clientela a la CTM.

La competencia es aceptable. Los trabajadores deben escoger libremente al sindicato, el que mejor defienda sus derechos. Lo detestable es que lo hagan con violencia y amenazas. Vienen nuevos tiempos del sindicalismo mexicano.

A nivel nacional, la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT) creada recientemente y dirigida por el senador morenista Napoleón Gómez Urrutia, se agandalló 10 federaciones y más de 150 sindicatos, Junto con la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) encabezada por Pedro Haces Barba, también senador morenista, están “amenazando” a las antiguas Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) que por décadas dominaron la vida sindical.

En Oaxaca, la CATEM se está llevando a sus filas a un buen número de cetemistas.
En diciembre de 2018, el medio especializado El Economista publicó que tanto la CTM como la CROC habían sido expulsadas de la Confederación Sindical Internacional (CSI) por promover los contratos de protección patronal en México.

“Dichas organizaciones continúan realizando acciones contrarias a los principios y valores de los trabajadores y en consecuencia de la CSI arropa a sus afiliados”, citaba la publicación.
En las recientes huelgas como la de las maquiladoras en Matamoros, Tamaulipas se ha visto el peso de las nuevas centrales.

Estos nuevos grupos están empujando a la CTM e incluso a la CROC exigir mejores condiciones laborales. Por ejemplo, en Oaxaca, la CROC nunca se había atrevido a emplazar a huelga a empresas transnacionales como Walmart a la que ahora exigen aumento de 20 por ciento al salario y la aplicación, por primera vez, de un bono del 4 por ciento sobre las ventas realizadas por los trabajadores.
Estos cambios en la vida sindical fueron detonados por la ratificación del convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo.

El salto del chapulín
La crisis de gobernabilidad que estalló ayer en el municipio de Tehuantepec confirma lo que he dicho. Que no es lo mismo andar ofreciendo, hasta sandeces, en campaña, que ejercer el poder.

Es lo que sucede a la edil Vilma Martínez Cortés. Ensoberbecida desde que su mecenas Salomón Jara la impuso como candidata, no ve ni escucha a los trabajadores del Ayuntamiento. Eso fue lo que hizo estallar la violencia. Y de qué manera, hasta un muero hubo.

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