Oaxaca de Juárez de manteles largos
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Oaxaca de Juárez de manteles largos

 


La ciudad de Oaxaca de Juárez, la capital de nuestro Estado, ha cumplido 487 años de haber obtenido el rango de ciudad, y es lógico que en su casi medio milenio de vida, haya logrado posicionarse por su gran patrimonio cultural a nivel mundial, y estas fechas, aunado al festejo que con orgullo celebramos todos los que tenemos un auténtico amor a nuestra tierra, madre de nuestro origen, deben servir para reflexionar, si realmente los Oaxaqueños, y en particular, los que sentimos el arraigo de ser originarios de los valles centrales, sabemos apreciar ese legado ancestral que el día de hoy nos corresponde salvaguardar.
La hoy ciudad de Oaxaca de Juárez, fue fundada en 1486 por guerreros mexicas en cumplimiento al mandato del Tlatoani Ahuízotl, obteniendo su nombre de la denominación náhuatl “Huaxyacac” cuando fue incorporada al imperio tenochca por los conquistadores aztecas; y durante el paso del tiempo, se ha convertido en el escenario perfecto para la formación de leyendas de las cuales hoy debemos sentirnos orgullosos, un claro ejemplo se relaciona con el escudo de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, el cual representa la leyenda de la Princesa Donají, que habla de los días en los que los Mixtecas habían conquistado Montalbán, generando una época complicada a los Zapotecas, por lo que su rey, Cocijoeza, al defender el imperio zapoteca de la expansión azteca, se enfrentó a muerte con los Mexicas en el Cerro de Guiengola, logrando llegar a acuerdos, concretando así el matrimonio de Coyolicatzin, hija del emperador Mexica Ahuizotl, con Cocijoeza, procreando así a Donají y Cosijopí, y para vigilar la conducta de Cosijoesa, es que el emperador Ahuízotl manda fundar Huaxyacac.
En 1521, Francisco de Orozco llega al territorio de lo que hoy es Oaxaca, acompañado del clérigo Juan Díaz, quien ofició la primer misa bajo un árbol ubicado en la rivera del río Atoyac, en el cual se encuentra el día de hoy el Templo de San Juan de Dios, siendo que Cozijoeza intentó aliarse con los españoles para vencer a los Mixtecas, pero la princesa Donají fue tomada como rehén por los mixtecas y decapitada, razón por la que el escudo de la ciudad de Oaxaca de Juárez es la cabeza decapitada de la princesa Donají, de la cual brota un lirio del valle.
Tras la conquista Española, el 24 de junio de 1528, la población adquiere la denominación de Villa de Antequera de Guaxaca; en 1529, Hernán cortés es nombrado Marqués del Valle de Oaxaca, y cuando comenzaron a realizar el trazo de la ciudad, el primer obispo de Oaxaca, Francisco López Zárate descubrió yacimientos cercanos de cantera verde, con los que construyeron las primeras casas e iglesias, razón por la que se comenzó a conocer como “La verde Antequera”
El 25 de abril de 1532, la Villa de Antequera fue elevada a la categoría de ciudad por Cédula Real expedida por Carlos I, denominándose “Muy noble y leal Ciudad de Antequera”, siendo que a principios del siglo XVI, indígenas nahuas aliados de los españoles fundaron los hoy barrios y agencias de Xochimilco, Jalatlaco, San Juan Chapultepec y Mexicapam; en 1575 se edificó el Templo de Santo Domingo de Guzmán, el cual es considerado el templo más hermoso del continente Americano.
Posteriormente a la Independencia de México, en 1821 recibe el nombre oficial de “Oaxaca”, y en 1872, tras la muerte de Benito Pablo Juárez García, recibe la denominación oficial de: “Oaxaca de Juárez”, por lo que, derivado en gran parte de todo lo anterior, el 11 de diciembre de 1987 el centro histórico de la Ciudad de Oaxaca de Juárez recibe la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Considero importante mencionar algunas de las cosas por las que debemos sentirnos orgullosos como Oaxaqueños, ya que, solamente a través del sentimiento de arraigo que surge del conocimiento del tesoro cultural que nos pertenece cuidaremos de él, es por eso la importancia de realizar las celebraciones en conmemoración al aniversario de nuestra ciudad, es una fiesta de todas y todos los Oaxaqueños, que requiere la solemnidad de una sesión de cabildo, pero sobre todo, queda latente la imperiosa necesidad de hacer conciencia para ejercer nuestra ciudadanía de una forma responsable y en coadyuvancia al gobierno legalmente constituido, debemos comenzar dejando de tirar basura en las calles, respetando las leyes de tránsito, evitando el gandallismo, combatir grandes enfermedades de la ciudad como es el terrible desorden del ambulantaje siendo responsables nosotros con nuestras compras, pagar nuestros impuestos y ser así ciudadanos dignos del tesoro cultural que ostentamos.
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