A los ninis si, a los niños no
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Entre columnas

A los ninis si, a los niños no

 


Se dice popularmente que los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles; y es precisamente bajo esa lógica que se debe tener mucho cuidado en las acciones de gobierno paternalistas, pues en un sistema en donde se garantiza el libre ejercicio de la profesión, que en el caso de los Estados Unidos Mexicanos se encuentra consagrado por el artículo 5 de la Constitución Política, resulta indispensable que se fomente la productividad, pues todo ciudadano con solvencia cívica, ingresa al régimen tributario, del cual surgen los recursos públicos que sostienen las obras, servicios y programas que en su caso se ejecutan a través de políticas públicas, principalmente por el ejecutivo, que es quien tiene a su cargo la función administrativa del estado.

Y me refiero a que se debe ser muy cuidadosos al respecto, pues el exceso de paternalismo oficial genera improductividad y al final de cuentas, los contribuyentes cautivos son los que deben sostener todo el sistema tributario, generando como consecuencia, miseria.

Por lo que llama mucho la atención, que por una parte, Andrés Manuel López Obrador, inició el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el cual consiste en otorgar becas, capacitación y seguro médico a jóvenes entre 18 y 29 años que aún no son económicamente productivos, y que cuenta con dos modalidades básicas: la modalidad educativa, que va dirigida a 300 mil jóvenes que hayan concluido el bachillerato y busquen realizar estudios universitarios a quienes se le otorgarán $2 mil 400 pesos mensuales mientras duren sus estudios; y el otro es la modalidad de capacitación para el trabajo, el cual va dirigido a 2.3 millones de jóvenes que se vincularán a centros de trabajo para que reciban capacitación y tutoría otorgándoles una beca de hasta $3 mil 600 mensuales por un año.

A simple vista, pareciera que es una excelente forma de impulsar a la juventud, sin embargo, no deja de ser un discurso demagógico, que ha sido duramente criticado por considerar que utiliza recurso público generando, reitero, por la aportación de nosotros, los contribuyentes cautivos en el sistema tributario, y destinado a ninis, es decir, jóvenes que ni estudian ni trabajan, lo anterior, en virtud que no existen requisitos de permanencia ni de evaluación periódica hacia los beneficiarios de dichos programas, como pueden ser, un promedio mínimo exigible o la presentación de proyectos productivos, por ejemplo, lo cual lo convierte en un programa paternalista que no garantiza absolutamente nada, pues el hecho que regalen $2 mil 400 o $3 mil 600 mensuales durante un año no disciplina, ni convierte auna persona productiva, por el contrario, fomenta la idea que el gobierno tiene la obligación de sufragar necesidades, seas productivo o no.

Y por el otro lado, se da la reducción al presupuesto asignado a las estancias infantiles que se otorgaba por medio de la Secretaría de Desarrollo Social, Sedesol, hoy Secretaría del Bienestar, las cuales son instituciones de asistencia social enfocadas al cuidado y atención infantil, de apoyo principalmente a madres que trabajan, o deseen trabajar, a padres solos que estén a cargo de una familia, o a hogares en condición de pobreza o en riesgo de caer en dicha situación por no contar con un segundo ingreso, pues a un costo muy accesible, los padres tenían la posibilidad que cuidaran a sus hijos mientras ellos trabajaban, mejorando así su calidad de vida.

Sin embargo, como lo he manifestado con anterioridad, existen personas con un alto nivel de miseria humana, que incluso en programas asistenciales ven la oportunidad de “hacer negocio”, sin tomar en cuenta que el problema de la corrupción es precisamente que genera miseria, pues los recursos que se obtienen de manera ilícita, podrían haber sido destinados a mejorar la calidad de vida de miles de personas, es por eso que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador informó que la reducción del presupuesto a las estancias infantiles adscritas a la Secretaría del Bienestar, obedecía a que 319 instancias no acreditaron el cumplimiento de los requisitos de afiliación, aunado a que la entonces Sedesol, no acreditó la debida capacitación a más de 20 mil responsables de estancias, y tampoco se acreditó que 659 estancias contaran con documentos que formalizaran la entrega de subsidios, aunado que no se acreditó que 195 mil 179 usuarios incorporados en 2017, cumplieran con los requisitos para recibir el subsidio a madres, padres y tutores.

Efectivamente, existen elementos que demuestran, o actos de corrupción, o por lo menos un mal manejo en la forma en la que se otorgaban los subsidios a la estancias infantiles, sin embargo, el hecho de reducir el presupuesto destinado a las mismas, en lugar de combatir de manera frontal esas deficiencias detectadas, dan un mensaje terrible de falta de sensibilidad por parte del gobierno federal, que incluso ha realizado declaraciones tan absurdas como “sugerir” que a los niños los cuiden los abuelos, lo cual implica un desconocimiento de la realidad social de muchas familias mexicanas, pues existen, por ejemplo, madres solteras que no cuentan con el respaldo de sus padres, familiares que en su momento han cometido abusos contra los menores, o padres que son los únicos que pueden velar por el cuidado de sus hijos, y ante la corrupción y la falta de sensibilidad en las políticas públicas, como siempre, los únicos realmente afectados, son los más necesitados.

Twitter: @jaivelmar
Facebook: jaivelmar.
[email protected]