Egoespecie
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Entre columnas

Egoespecie

 


Como seres humanos, pareciera que tenemos plena certeza de ser superiores al resto de las especies, pues, por lo menos a los que profesamos la religión católica, se nos ha enseñado nuestra supremacía, ya que, en la propia biblia se establece en génesis 1:26 lo siguiente: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.”; así mismo, quienes tenemos un pensamiento más científico desde la perspectiva de las ciencias sociales, sabemos que hay dos elementos que nos distinguen del resto de las especies: el primero, la capacidad de elevar nuestro pensamiento de lo concreto a lo abstracto a través de la razón y el segundo, el ser animales políticos por naturaleza, lo cual nos permite crear estructuras complicadas de convivencia y establecer y modificar la forma en la que interactuaremos con los demás miembros de nuestra sociedad.
Pero, esta supremacía que mencionamos no debería ser una explotación deliberada de nuestros compañeros de vida, y ese pensamiento no es una moda pasajera, pues el teólogo fundador de la Orden Franciscana, Francisco de Asís, quien vivió en el siglo XII, ya pregonaba el amor incondicional entre las especies, y la obligación del ser humano para utilizar esas facultades superiores para cuidar de las mismas, y su influencia fue tan importante y se encuentra tan vigente que la Organización Mundial de Protección Animal instauró el día 4 de Octubre, fecha de su muerte, como el día mundial de los animales.
Pero, los Oaxaqueños, ¿qué hemos hecho al respecto?; la verdad mucho más de lo que parece, en primer término contamos con grupos de animalistas muy bien organizados que han luchado por el reconocimiento jurídico de los derechos de los seres sintientes, y que no se quedan en el discurso, sino por el contrario, cada uno a su estilo, realiza acciones para mejorar la calidad de vida de los animales, ya sea la promoción de la adopción, el rescate de los animales maltratados, esterilizaciones gratuitas, entre otros, así mismo, en el año dos mil quince, se agregó al Código Penal del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, el título “de los delitos cometidos contra la vida e integridad de los animales” en el cual se contemplan penas privativas de la libertad por un plazo de tres meses a dos años y multa de 100 a 1,000 días de salario mínimo contra quienes lesionen animales, y en caso que los maten, la pena podrá ser de seis meses a cuatro años y multas 500 a 1500 días de salario mínimo, delitos que se persiguen por querella necesaria, es decir, debe existir una parte denunciante.
De igual forma, nuestra capital, en mayo del año 2017, aprobó el Reglamento de Control Sanitario y Protección de los Animales Domésticos y de Compañía, convirtiéndose así en el primer municipio a nivel nacional que cuenta con un reglamento especializado en la salvaguarda y protección de la dignidad de los seres sintientes, señalando como faltas administrativas diversas conductas que denigran o afectan a las mascotas, como son: mantenerlos amarrados, abandonarlos o tenerlos en malas condiciones, dejarlos en azoteas, no tenerlos en condiciones higiénicas óptimas, y derivado del reclamo de los grupos de animalistas, se estableció la esterilización obligatoria, precisamente para evitar la proliferación excesiva de animales, lo cual podría incluso convertirse en un problema de salud pública.
Como sociedad, los oaxaqueños hemos logrado avanzar mucho en relación a la forma en la que tratamos a las otras especies, sin embargo es importante mencionar que no hemos llegado al ideal a alcanzar, pues aún nos falta mucha cultura cívica, los reglamentos ya se encuentran vigentes, pero muy pocas personas acuden a denunciar o se acercan a sus autoridades, y prefieren exhibir los actos de maltrato animal sin entender que eso solamente genera resentimiento social, y aunque fomenta la indignación colectiva, al final no logra nada, ni siquiera concientización, pues las personas que se indignan, lo hacen precisamente porque no están de acuerdo con el maltrato animal, y de igual forma es importante evitar caer en el fanatismo, pues resulta absurdo que personas que buscan un mejor trato a otras especies, desprecien tanto a los seres humanos, al grado de incluso incitar a la violencia hacia las personas que hayan maltratado animales, en un acto de congruencia, no se puede sentir un amor auténtico hacia otras especies despreciando a la propia, debemos recordar que parte de ser mejores personas implica ser también mejores ciudadanos.
Twitter: @jaivelmar
Facebook: jaivelmar.
[email protected]