Mentiras

No cabe duda el gobierno de la cuarta transformación (4T), se viene desbordando poco a poco ante la serie de incongruencias, ocurrencias y mentiras, que a diario de registran en este gobierno que no acaba de ponerse de acuerdo ya que se mueve a través de contradicciones y errores, que provocan las deserciones de los otrora del mesiánico Andrés Manuel López Obrador, que a dos años de distancia no ha podido consolidar un buen gobierno, pues a base de mentiras viene perdiendo adeptos y provocando controversias, dimes y diretes de quienes integran un gabinete hechizo, lleno de improvisaciones y de chairos, es decir gente sin preparación alguna, gente sin el menor ánimo ni capacitación para poder gobernarnos.

Las contradicciones y mentiras provocan el desconcierto popular, pues mientras unos dicen que la pandemia ha sido domada, qué hay camas y respiradores suficientes, otros alegan que los hospitales se encuentran saturados al igual que las funerarias y los crematorios no se dan abasto a las víctimas del sangriento y mortífero virus, emanado de China. Y el redentor y mesías del COVID-19, se encuentra vacacionando en la costa oaxaqueña, sin guardar las medidas sanitarias y obvio sin el cubre bocas que tanto han satanizado. El subsecretario de salud López Gatell se da la gran vida, mientras los hospitales se encuentran saturados sin medicamentos ni medidas necesarias y sería bueno que el mandamaz de la sanidad mexicana recorriera los hospitales de la costa oaxaqueña, para percatarse de las grandes carencias que tiene el personal médico que están al frente de la línea de batalla.

La sarta de mentiras que a diario profiere el gobierno de López Obrador, hace que cada día los votantes y los que no votan se desilusionen de un gobierno errático y perturbado que tiene otros números, pero que en realidad cobra muchas víctimas a diario, se dice que la economía se está recuperando, que no hay desempleo, que las islas marías es un centro turístico que se encuentra abarrotado y vacío de reos que hoy atiborran otros penales como el Miahuatlán, Oaxaca, que se ha convertido en una bomba de tiempo, no por ser centros de contagios, sino porque están repletos de delincuentes de alta peligrosidad.