IRRESPONSABILIDAD CIVIL

Solo basta salir a la calle para darse cuenta de la irresponsabilidad civil que existe en el ánimo de los mexicanos, que desacatando toda norma sanitaria viajan y circulan en los centros turísticos del país en especial por Oaxaca y la costa oaxaqueña en donde se nota una afluencia de visitantes que irresponsablemente desafían a la pandemia que ante la mirada complaciente de las autoridades sanitarias y de seguridad pública permiten el libre tránsito de gente ignorante e indolente que deambulan por las ciudades y puertos sin la mínima protección que se exige para poder contrarrestar la pandemia y no hablemos de los prestadores de servicios turísticos que por desesperación y ambición no guardan los protocolos sanitarios del turismo visitante y local, en las aerolíneas de llegadas y salidas tampoco existen protocolos, ni cuidado alguno con la sana distancia, pues el tapabocas es un mito toda vez que no lo usan adecuadamente, la portan en la cabeza, en la frente, en cuello como bufanda y lo que es peor, quienes tienen la obligación de exigir que se guarden las medidas sanitarias no se ocupan de ello y en abierta complicidad alimentan los contagios por su ineptitud, irresponsabilidad y falta de compromiso social. Como es la Secretaría de Salud, Secretaría de Turismo, la Secretaría de Seguridad Pública, Secretaría de Economía, etc.,

La Secretaría de Movilidad, permite la circulación de unidades de transporte público atiborradas sin el más mínimo protocolo y únicamente operan en los disque filtros de seguridad a las salidas de la ciudad, que solo sirven para extorsionar a los vehículos que tienen la desgracia de caer en sus garras.

Con tanta irresponsabilidad, ineptitud y voracidad, ¿quién podrá defendernos? ¿Tendrá remordimiento de conciencia el Demonio de Tasmania, Flavio Sosa Villavicencio y compañía, de haber contagiado en Zaachila de COVID-19 al Maestro Armando Manzanero?