Buenas intenciones
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Opinión

El Crematorio

Buenas intenciones

 


Estamos enfrentando la peor crisis económica, sanitaria y social, jamás vivida en la historia de México. No solo como víctimas de la pandemia sino por una mala conducción de quienes se supone buscan el bienestar de una nación, pues no se ve ninguna acción propositiva para salir a flote de esta crisis que particularmente azota a México cada vez más fuertes y sin ninguna reacción encaminada para salir avante. Solo se habla de tirar el dinero ante un paternalismo improductivo que nos hunde cada vez más en una desesperación que aunque otros tengan otros datos, no vemos la luz al final del túnel. 

López Obrador, posiblemente sea un buen político pero un mal gobernante, pues no ha podido estructurar un gabinete de expertos en los quehaceres públicos que nos auguren salir del pantano en el que nos encontramos sumergidos desde hace dos años.  El hombre, luchó más de 18 años para llegar al poder, pero nunca se preparó para gobernar, ni para garantizar el porvenir de los mexicanos, se rodeó de puros grillos, incapaces e improductivos y los buenos, los cultos y estudiados, la desertaron antes de que la nave se hunda y sean cómplices de llevar a México a un terrible fracaso que ya se avizora. Pues su único objetivo del capitán del barco es mantenerse en el poder, ganar las elecciones, sin importar que el barco se vaya a pique. 

El presidente de México se ha convertido en un auténtico sofista que se alimenta con buenas intenciones, y que vive en su país de “AMLO EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS”  su país DE FANTASÍA, con tan altas ocurrencias que distorsiona la realidad en la que vivimos y ante el peor pánico de sus colaboradores, que no aciertan a contradecirlo ni señalar sus errores pues son un cúmulo de adoradores, cómplices del hundimiento y fracaso de la Cuarta Transformación de México, (4T) en la que un día soñó López Obrador. Debiendo de entender que no se puede gobernar un país, solo con buenas intenciones. 

P.D. Nos consta el extraordinario esfuerzo que la familia Vargas Guzmán, Propietarias de la exitosa Pastelería “Quemen” han desarrollado por más de cuarenta años y que puede ser saboteada por malos empleados, como el déspota y majadero cajero de la sucursal de plaza del valle, que atenta con el buen prestigio de esta empresa.