Los que fallecieron, fallecieron...
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Opinión

El Crematorio

Los que fallecieron, fallecieron…

 


Oaxaca está a punto de explotar en todos los sentidos: económico, político, social y sanitariamente hablando; las cifras oficiales no coinciden con la realidad, es muy fácil comprobarlo, toda vez que las actas de defunción no concuerdan con las 1,479 decesos por Covid-19  que dice el gobierno que se han registrado hasta la fecha. La gente prefiere morirse en su casa para que no la masacren en el IMSS, ISSSTE o el Hospital Civil, es decir, huyen de cualquier nosocomio oficial, hoy convertido en verdaderos mataderos, pues en estas dependencias se carece de todo: medicinas, equipo médico, insumos médicos, falta de implementación de  medidas sanitarias y hasta protocolos para manejar la pandemia.

El sector salud en un caos total, marcha a la deriva y sin normas efectivas, sin supervisión alguna, solo basta recorrer los laboratorios de análisis clínicos, de tomografías y otras áreas totalmente descuidadas, funcionando insalubremente y sin control, la supervisión es una falacia y solo alimentan una corrupción galopante de sus inspectores, pues este mal viene desde arriba y llega a los niveles de abajo; sin hablar de los hospitales privados, la mayoría sin los implementos médicos indispensables para operar como son incubadoras, respiradores, oxígeno, y quirófanos insalubres; y nadie dice nada, los  enfermos solo reciben un servicio deficiente caro y malo. Los Servicios de Salud de Oaxaca ni sufren, ni se acongojan, solo viven atemorizados y a expensas de los caprichos del sindicato que lleva la mano en la salud pública, por eso estamos como estamos.

La crisis es nacional y, obviamente, en Oaxaca se asemeja en todos los órdenes, en la sanitaria ni hablar, ni el gobierno tiene el control, ni los números, pero eso no importa, pues como dice López Gatell, las personas que fallecieron, fallecieron.