El Crematorio
Realidad creada
Las actuaciones de credulidad e incredulidad con que gobierna el destino de México el Presidente Andrés Manuel López Obrador, son extremadamente peligrosas, pues las denota en sus “imperdibles” mañaneras donde impone una realidad creada, aumentada, ficticia, retorcida, impuesta y sobrepuesta, programada, dirigida y ocurrente; en la cual es “el personaje principal” y sus séquitos son los personajes secundarios, a quienes maneja a su antojo de acuerdo a sus intereses, impidiéndoles pensar, decir o hacer lo que no está en el guión, o sea, los somete a una obediencia ciega, anulando cualquier posibilidad de articular alguna línea de pensamiento, porque él siempre tiene “otros datos”.
López Obrador debería de tener clara la situación en que se encuentra cada minuto que intenta gobernar este país, pues su gran arrogancia y elocuencia viperina ante las críticas por sus marcadas equivocaciones, errores y desaciertos; está polarizando al pueblo, confrontándolo y dividiéndolo; pues el mandatario federal siempre estará expuesto en una línea muy sutil, flanqueable, donde tiene un marcaje especial con tendencia a la crítica y de la cual debería de razonar, y volver a la realidad, para darle un rumbo al país y sacarlo de la inercia en la cual hemos caído.
En días pasados, el presidente López Obrador aseguró que nunca en México se había respetado la libertad de expresión como en su gobierno, pues en su delirio de persecución, exhibió un cuadro con los nombres de la prensa escrita y columnistas, en el cual señaló a los que critican su gobierno, a quienes hacen notas neutrales y a los que lo alaban. Afirmando, que nunca la prensa le había “pegado tanto a un gobierno como al suyo”. Y si es así, ¿por qué será?, pues la realidad con que gobierna al país es triste y limitada.