Calidad educativa
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Editorial

Calidad educativa

 


La pobreza de aprendizaje constituye una grave amenaza para el futuro de toda una generación: si niñas y niños no adquieren los conocimientos básicos de la lectura y la escritura -junto con la aritmética y otras competencias fundamentales-, será mucho más difícil para ellos adquirir las competencias técnicas y de orden superior necesarias para prosperar en unos mercados laborales cada vez más exigentes, y para que los países desarrollen el capital humano necesario para un crecimiento económico sostenido e inclusivo.

La pérdida de aprendizaje básico se traducirá en un menor nivel de competencias, lo que a su vez reducirá la productividad y los ingresos de los niños de hoy en día una vez que se incorporen al mercado laboral. Por eso se deben de tomar medidas para elevar la calidad de la enseñanza y evitar que los paros y plantones afecten la aplicación de planes de estudios en la educación básica en Oaxaca.

Si bien la evaluación no determina la calidad de la educación, sí puede ayudar a su mejoría si se usa adecuadamente, un objetivo que debe ser constante y permanente para alcanzar una educación de calidad que responda a los actuales retos. En un mundo que está cambiando muy rápidamente debido principalmente a la tecnología, en la producción y en el uso de nuevos conocimientos y en la innovación, la demanda del mercado laboral está reaccionando en consecuencia.

Por eso, los sistemas educativos deben atender con la misma rapidez para satisfacer esa nueva demanda y junto con ello se debe fortalecer la comunicación con los diferentes actores y agentes involucrados, como los docentes, para alcanzar los objetivos, pues muchas veces no existen lazos de retroalimentación, aprovechar la cercanía que tienen con sus pobladores para identificar rezagos y fortalezas, y con ello definir prioridades en la distribución de recursos tanto humanos como económicos.

 

Empleos formales

 

Las constantes alzas a los productos de la canasta básica hacen que actualmente un trabajador necesite de más de seis salarios mínimos para adquirirla, además de que no incluye gastos en renta, salud, educación, vestido, calzado y diversiones. Hoy el reto es generar más fuentes de trabajo permanentes y bien remunerados para estar en condiciones de empezar a disminuir el número de oaxaqueños mayores de 18 años que están desempleados.

Cuando uno calcula las tasas de desempleo en Oaxaca, es baja porque una buena parte se encuentra laborando en condiciones críticas, o bien en subocupación, más los que se encuentran en la informalidad. Hay demasiados motivos para ser parte de la informalidad, ya que siguen siendo demasiado gravosas las cargas que pone el estado, por lo cual hay una preferencia por mantenerse en la informalidad.

En los últimos meses del año, la economía oaxaqueña registró la mayor ocupación en el sector informal con 81.5% de su Población Económicamente Activa (PEA), de ahí el gran reto de empezar a impulsar el empleo formal, antes de que las nuevas generaciones, en edad de producir, se vayan a ese sector.

Oaxaca es el segundo estado, sólo por debajo de Chiapas, con la mayor tasa de condiciones críticas en la ocupación, es decir, 22.2 por ciento de sus trabajadores se encuentran en alguna de las siguientes condiciones, como trabajo de menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, ya que no pueden encontrar otro trabajo. Laboran más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, y trabajan más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.

Si los niveles de empleo son mayores y mejor remunerados, la economía detona generando beneficios por doquier, incluyendo recursos adicionales para el erario. En México, la principal fuente de recaudación es la que generan los sueldos y salarios en su carácter de ingresos gravados por impuesto sobre la renta.