Reto indígena
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Opinión

Editorial

Reto indígena

 


Las condiciones de marginación de los más de un millón 719 mil indígenas en Oaxaca en términos de infraestructura, salud y educación, presentan el mayor rezago del país, situación que afecta más a las mujeres. En los pueblos indígenas se reúnen varios factores de orden histórico y económico que favorecen las desigualdades étnicas y de género.

Nuestras comunidades viven violencia, racismo y discriminación, profundizado en los últimos decenios neoliberales que han traído consigo el despojo de nuestros territorios, bienes naturales y de nuestras culturas y formas de vida. Por esta razón, resulta imprescindible avanzar con esta reforma trascendental con la cual se buscan generar mejores condiciones para avanzar en el ejercicio pleno de nuestro derecho a la libre determinación y a la autonomía, superando el tutelaje del Estado y transitando hacia una relación de coordinación y colaboración en condiciones de respeto e igualdad.

Las condiciones de vida son compartidas por hombres y mujeres, acceden de manera diferencial a los recursos para satisfacer sus particulares necesidades básicas y de servicios de tal forma que son las mujeres quienes viven una situación doblemente vulnerable, por el hecho de ser mujeres e indígenas a la vez.

Los indígenas en México habitan fundamentalmente en zonas rurales, más de la mitad de esta población reside en localidades con menos de 2 mil 500 habitantes. Asimismo, 43.7% de indígenas habitan en municipios donde al menos 7 de cada 10 personas son también indígenas.

Las poblaciones tienen pocas voces que las representan a nivel nacional, justamente porque están dispersas y en condiciones de pobreza. Aunado a ello, las personas que ahí radican están acostumbradas a salir adelante por su cuenta debido a que no es posible depender sólo de los apoyos del gobierno. Los factores que realmente mueven la economía de estas familias son las posibilidades que tienen de migrar, sea a la ciudad, a las labores agrícolas del norte del país o a Estados Unidos.

 

Sistema olvidado

 

En México el 33 por ciento de las y los niños, así como el 70 por ciento de las personas adultas, padecen sobrepeso y obesidad, principales factores de riesgo asociados a este padecimiento. En Oaxaca, la diabetes es la primera causa de muerte en adultos, después de las enfermedades cardiovasculares, derivadas de la hipertensión que son provocadas por la obesidad y el sobrepeso.

Pese al recurso millonario destinado para combatir la enfermedad, es insuficiente; en Oaxaca, los pacientes se quejan de la falta de una atención adecuada y escasez de medicamentos para atender, como los pacientes que requieren de diálisis o hemodiálisis, complicaciones derivadas de la diabetes.

Hablar de salud no sólo se refiere a la ausencia de alguna enfermedad, sino a la plena capacidad para trabajar, estudiar y desempeñarse con mayor dinamismo en todas las facetas de la actividad social y todas las etapas de la vida.

Urge implementar una política de datos de salud que permita conocer la calidad de los servicios de salud, una reforma estructural al sector, sobre todo porque el envejecimiento demográfico en México y la desigualdad económica y social son los retos de mayor importancia en los que deben centrarse los esfuerzos de sanidad pública.

Con la estimación de que en 2050 habrá 49,4 millones de personas mayores de 70 años en el país y con una desigualdad cada vez mayor, el sistema público de salud debe empezar a trabajar en estas prioridades. El planteamiento es: o nos ponemos atención al tema demográfico y nos preparamos en materia de servicios de geriatría y gerontología o nos vamos a equivocar.

La edad promedio del mexicano se sitúa actualmente en 27 años, algo que no evita que vaya a sufrir incrementos significativos con el paso de los años, ya que es el destino demográfico de las sociedades. Ante un escenario poco alentador, es urgente alcanzar un sistema fuerte de sanidad pública, ya que en el país existen niveles de pobreza y de desigualdad que no aguantarán sin esos servicios. El reto es cerrar las brechas que señalan las diferencias entre los que tienen y los que carecen, de lo contrario se acentuarán los problemas.