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Editorial

Medio ambiente

 


A las calamidades que enfrenta nuestra capital como es el problema de recolección de basura y su tratamiento, las aguas negras que son arrojadas a los ríos, como también la falta de suministro de agua potable a las más de 300 colonias y zona conurbada, hoy se agregan los incendios forestales que están contaminando nuestro medio ambiente y deterioran la calidad de vida de los oaxaqueños.

Cual elementos de un apocalipsis deben obligar a las autoridades a atender los problemas que se viven en la capital y el estado sobre el cuidado del medio ambiente. Tanto las instancias municipales, estatales como federales tienen una muy limitada capacidad para responder ante las exigencias del cuidado y protección del entorno, así como de políticas que impulsen la cultura ambientalista.

Urge responder a los retos de cuidar, proteger y conservar el medio ambiente, impulsar políticas públicas que se necesitan para evitar el deterioro, acudir al rescate de los ríos Atoyac, Salado y San Felipe, evitar que sean contaminados y promover una reforestación, además de cancelar la extracción de material pétreo en cada uno de ellos.

A la luz de las dramáticas consecuencias que se viven, urge adoptar y mantener acciones permanentes para reforestar las zonas afectadas, pues a pesar de los esfuerzos de conservación, diversas áreas corren el riesgo de ser arrasado por la mancha urbana que aunado a la creciente población aumenta la demanda de agua y a la vez reduce su captación.

Se necesita acudir al rescate de microcuencas tanto por razones históricas, ecológicas, hidrológicas, como de regulación climática. Desarrollar trabajos de retención de suelos y de agua pluvial a través de ollas de agua para rescatar la zona natural y que en algunos años quede completamente restaurada. Se necesita detener la degradación y acelerar los procesos de restauración como aspectos que deben tomarse en cuenta para conservar el medio ambiente.

 

Déficit alimentario

 

Si bien México es el quinto productor de maíz más grande del mundo y este cultivo representa casi una tercera parte de la producción agrícola nacional, lo cierto es que no cuenta con seguridad alimentaria ya que no puede producir suficiente maíz para alimentar a su población.

El rendimiento promedio de maíz a nivel nacional es de 3.17 toneladas por hectárea, lo que está un 38 por ciento por debajo del promedio mundial. Por lo tanto, más de un tercio del maíz que se consume en México es importado. En Oaxaca desde hace mucho es deficitario en los principales productos como maíz, frijol, arroz y productos pecuarios como leche, huevo y carne de aves.

Son precisamente los maíces nativos, ante el cambio climático, darán la certeza al mundo en la alimentación a base de cereales, porque es el maíz el único cereal que se produce tanto al nivel del mar como a las grandes altitudes de hasta tres mil metros sobre el nivel del mar. Además de ser resistentes a las sequías, también los son a las bajas temperaturas, excesos de precipitación, plagas y enfermedades.

Actualmente el 56% de lo que se consume en el país es importado, lo que contraviene con los criterios internacionales que dicen que los países deben producir, cuando menos, el 75 % de lo que consumen. A pesar de que se ha planteado un nuevo modelo de extensionismo rural enfocado en la innovación y transferencia de tecnología para lograr mejores condiciones de producción y de bienestar entre los productores sus familias, poco se ha logrado.

La falta de seguridad alimentaria se refleja en la prevalencia en la subnutrición y que aunado a desnutrición y la pobreza, además del impacto que tienen las dietas menos saludables en el medio ambiente, representan una carga cuádruple en su tránsito hacia un sistema alimentario justo, sano y sustentable.