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Editorial

Adicciones

 


Una vez más se convoca a sumar esfuerzos entre la población y gobierno en esta cruzada preventiva del consumo de sustancias adictivas en todos los ámbitos de la sociedad, teniendo como prioridad los hogares, las aulas, los centros de trabajo y los espacios públicos, toda vez que este flagelo afecta principalmente a los niños y adolescentes del país, sin distinción de género o condición socioeconómica.

Nunca como ahora se necesita el compromiso del Gobierno Federal con el Gobierno de Oaxaca y la sociedad civil, para integrar un sólido frente de acción que permita brindar servicios médicos, psicológicos y de trabajo social a niños, adolescentes y adultos afectados por las adicciones. Y establecer acciones estratégicas de prevención preferentemente en el consumo de alcohol y tabaco.

Al ser considerado un problema creciente se requiere de la implementación de estrategias, programas y acciones en materia de prevención, tratamiento y rehabilitación de adicciones en la entidad. El abuso y dependencia de sustancias como el alcohol, tabaco y drogas, constituyen los principales problemas de salud pública de nuestro tiempo, cuyas consecuencias trascienden el ámbito de la salud individual y repercuten negativamente en la dinámica familiar y comunitaria.

En el estado de Oaxaca se ha identificado como zonas de alto riesgo para el consumo de drogas por parte de adolescentes, estas son principalmente en las regiones del Istmo de Tehuantepec, Costa y Sierra Sur, motivo por el cual el programa federal ordenado por la Secretaría de Educación Pública “Estrategia en el aula: Prevención de adicciones. Si te drogas, te dañas” toma gran importancia.

Y es que los narcóticos que, han confirmado, se ofertan son principalmente cocaína y cristal, y reiteró que el consumo de estos narcóticos se ha incrementado principalmente en regiones como el Istmo de Tehuantepec y Sierra Sur, esto por la falta de denuncias.

 

Tala ilegal

 

La tala ilegal de madera tiene varias vertientes, entre ellas, la dificultad que enfrentan las comunidades para poder tener permisos de aprovechamiento forestal sustentable. Hay compradores que al no tener suficiente material para sus actividades caen en la compra de madera clandestina, pues tan sólo en la capital uno de los puntos más grandes de venta de madera clandestina es el mercado de abasto y, sin embargo, no se ha podido atacar.

El combate a la tala clandestina en nuestro estado es muy complicado debido a la falta de recursos económicos y humanos, que ha obligado a plantear alternativas sectorizadas y regionales para detener este ilícito. Lo extraído de manera clandestina se equipara a lo mismo que se produce de manera legal en el estado, es un problema muy severo que se debe detener de raíz y no apostar únicamente a la persecución y detención de las personas involucradas.

Se han identificadas zonas críticas como lo es parte de Los Chimalapas, Tlaxiaco, que se localiza en la zona Mixteca, y una parte de la Sierra Sur, donde hay comunidades que no tienen problemas de manejo y tienen problemas agrarios o de posesión de predios.

De acuerdo con las cifras oficiales, por tala ilegal se pierden entre dos mil metros cúbicos de madera por año, sin tomar en cuenta que hay una cifra negra que estima una pérdida adicional superior a los cuatro mil metros cúbicos que se sustraen de manera indebida y que no se llegan a denunciar o reportarse.

El artículo 419 del Código Penal Federal en el capítulo segundo sobre la biodiversidad, establece que a quien ilícitamente transporte, comercie, acopie, almacene o transforme madera en rollo, astillas, carbón vegetal, así como cualquier otro recurso forestal maderable, se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y de trescientos a tres mil días de multa.

Las principales causas de deforestación en nuestro país son la tala clandestina, incendios y cambio de uso del suelo, es decir, cuando se cortan árboles para sustituirlos por cultivos, pastizales o ganadería, aunque en este último caso no se pueden recuperar los bosques.