Campo olvidado
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Opinión

Editorial

Campo olvidado

 


Ante las dificultades que enfrenta el campo oaxaqueño para alcanzar mayores niveles de producción es necesario alentar y promover su tecnificación y utilizar las nuevas tecnologías que ayuden a mejorar los cultivos de los pequeños propietarios que representan el 86% del padrón total.

Identificados con una o dos hectáreas de tierras que son bienes comunales y sólo poseen una o dos hectáreas, sólo 10% de los campesinos adquieren semillas mejoradas y fertilizantes por su alto costo, mientras que únicamente 2 y 3% utilizan algún tipo de tecnología para su producción.

Debido a que en el país subsisten dos agriculturas, una tecnificada, comercial, exportadora, sobre todo en la parte hortofrutícola y una agricultura de subsistencia, minifundio, con grandes potencialidades, es necesario insistir en su incorporación al desarrollo.

Por ello se debe impulsar un esquema de apoyos productivos basados en la modernización de maquinaria, equipos, insumos y sistemas de tecnificación de riego. El objetivo es impulsar la productividad y competitividad del campo a través de un proceso de innovación, pues la tecnificación permitirá un uso más racional y sustentable del recurso agua, mediante un ahorro anual de alrededor de un millón 100 mil metros cúbicos, así como mayor productividad por la aplicación de la innovación tecnológica.

Mientras que, en el rubro agrícola, el objetivo es generar investigación, innovación, desarrollo tecnológico y transferir tecnología a los productores, a fin de solucionar problemas en la producción, industrialización o comercialización de productos agrícolas, proteger la biodiversidad y elevar su productividad.

La innovación en el campo y la agricultura está cada día más cerca de lograr que seamos un país con alto desarrollo en tecnología agrícola y producir alimentos sostenibles y de un buen nivel competitivo para el mercado global. Y es allí donde, escoger maquinaria agrícola permitirá crecer o no en este rubro.

Ahora, la competitividad pasa por apostar por equipos que hagan más eficiente su gestión diaria y analizar en qué debe mejorar, sobre todo en estados como Oaxaca donde el campo parece olvidado.

 

Contaminación

 

Uno de los principales generadores de contaminación en nuestra entidad son los vehículos, pues se estiman más de 500 mil unidades de motor, entre particulares, camionetas y camiones, que circulan en la zona metropolitana. Y se estima que viven al menos 700 mil personas, pero existen más de 270 mil automotores, lo cual ha ocasionado que sean más frecuentes las denuncias y reclamos por la contaminación.

Así como existe una creciente protesta social por la contaminación de arroyos, suelos, deterioro del paisaje y problemas de salud entre la población por el manejo inadecuado y la disposición final de los desechos sólidos, va en aumento el reclamo por atender la contaminación ambiental. Se ha solicitado a los gobiernos estatal y local adoptar medidas para evitar las altas concentraciones de ozono, pues no se puede controlar a la naturaleza, pero sí reducir el nivel de emisión de contaminantes, que provienen en un 80% de los vehículos automotores.

Aunado a ello, se agrega el cambio de uso de suelo, pues la mayor cantidad de superficie considerada de vegetación natural primaria se pierde por agricultura en zonas boscosas, incendios forestales y el crecimiento urbano, los cuales son causa grave de pérdida de servicios ambientales. Tal es el reto de enfrentar el problema de la contaminación vehicular, pues la polución que generan los vehículos de motor, la degradación de los recursos naturales, la falta de una cultura ecológica y los deficientes servicios públicos básicos empieza a agobiar a la población.

Sus elevados índices han deteriorado de manera progresiva el ambiente, por muchas razones, ya sea no tener nuestro auto en buen estado o no hacer uso adecuado de todo lo que pueda emitir CO2 a la atmósfera. Por ello, es importante optimizar su uso y resarcir el impacto negativo que tiene en la Tierra, pues siendo la contaminación vehicular una de las principales causas, contribuye con el 20.4% de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).