Exigen seguridad
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Exigen seguridad

 


Los oaxaqueños demandan seguridad física y patrimonial, -tanto para la vida diaria porque todos salen a trabajar, tienen hijos en la escuela y quieren un ambiente sano lejos de la violencia-, como por ser un elemento indispensable para alcanzar el progreso y desarrollo. La irrupción de delincuentes en plazas comerciales y en nuestras calles, hasta donde han llegado para crear un clima de violencia, no puede ni debe quedar en la impunidad.

Hoy no se puede entender la gestión pública sin la participación de la sociedad civil, que impulse y alimente la cultura de la legalidad como la vía para frenar la violencia, la inseguridad, la impunidad y la corrupción en nuestro país pero en especial en nuestro estado. Si bien los gobernados deben cumplir la ley por convencimiento, la autoridad está emplazada a que con sus acciones ponga el ejemplo.

Hay que modernizar, capacitar y recuperar a la policía, que es una institución decisiva para la prioritaria lucha contra el crimen organizado; fortalecer la justicia; reformar el pésimo sistema penitenciario; reducir la tenencia de armas cortas y al mismo tiempo, pasar del enfoque sólo policial del problema a uno más amplio que responda a su complejidad.

Diversas voces se han alzado para demandar al Gobierno Federal su respaldo para garantizar la paz y seguridad que se requiere, porque la vida cotidiana de miles de personas se está viendo afectada.

En momentos en que la delincuencia parece ganar la guerra a los gobiernos, es importante sumar esfuerzos, instituciones y sociedad, para impulsar resultados concretos, pues al margen de los atracos cotidianos, es necesario desalentar la presencia de líderes de organizaciones sociales que han encontrado en la impunidad la mejor manera de cruzar la línea de la demanda social a la delincuencia. Esta situación que cada día irrita más a los oaxaqueños se debe combatir con la aplicación estricta de la ley.

 

Salvar al Atoyac

 

Cada día que pasa va en aumento la contaminación en el río Atoyac, tanto por los desechos que tiran en el lecho como por las aguas negras que se siguen arrojando por parte de diversos asentamientos humanos, los cuales provocan severos problemas en el medio ambiente. El anuncio gubernamental de buscar unir todos los colectores de aguas residuales para que sean tratadas en una planta, es un paso necesario para pasar de las palabras a los hechos.

El impacto que ha ocasionado la basura y todo tipo de desechos en los mantos freáticos, reclama de un estudio que permita saber sus alcances y determinen el grado de contaminación de los mantos freáticos por los lixiviados de metales pesados como el plomo o el cadmio, pues además, pueden afectar otros municipios conurbados.

La necesidad de detener y evitar que el Atoyac siga recibiendo descargas de agua residual de drenaje, residuos industriales y de lixiviados por los desechos que se siguen arrojando de manera indiscriminada no admite demora. Junto con ello, detener la extracción de material pétreo, la cual impide que el agua sea filtrada y por lo tanto resulta más difícil su recuperación natural, ante lo cual se ha solicitado la intervención de las autoridades del ramo, desde municipales, estatales como federales.

No solo se trata de un rescate integral, un plan de rescate de corto, mediano y largo plazo, también se requiere declarar al río Atoyac como área natural y cultural protegida y en consecuencia realizar las acciones legales, ambientales y sociales necesarias para asegurar su integridad y saneamiento.

A pesar de tal situación, en Oaxaca hay grandes posibilidades de recuperar los ríos y devolverles su identidad, frenar la presencia de aguas negras y basura, para convertirlos en verdaderos corredores de biodiversidad que ayuden a recuperar su flora nativa. Hay que cambiar la visión de nuestros ríos para participar en su cuidado y conservación.