Una imagen deplorable
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Opinión

Editorial

Una imagen deplorable

 


El abuso del gobierno de la ciudad de Oaxaca de Juárez, con carpas por aquí y por allá y un Centro Histórico convertido en un gigantesco tianguis, lo único que ha generado es una imagen negativa ante el turismo nacional e extranjero que nos visita. Pero no sólo para ello, sino una molestia para quienes vivimos en la capital, con calles materialmente bloqueadas por puestos y más puestos invadiendo el arroyo vehicular. Incluso, la negativa a que los chachacuales y juegos mecánicos fueran instalados fue una verdadera farsa, habida cuenta de que a muchos de los propietarios simplemente les valió la prohibición del ayuntamiento capitalino. Es triste ver uno de nuestros monumentos coloniales más representativos, Santo Domingo de Guzmán, materialmente copado de puestos y ferias artesanales que, si bien muestra parte de la creatividad de nuestros artesanos, han invadido otro de nuestros paseos más socorridos: el Andador Macedonio Alcalá.

Desde hace meses, cuando la explanada de Santo Domingo se empezó a utilizar como escenario de actos políticos, los frailes dominicos de dicho templo, lanzaron una protesta respetuosa al gobierno para exigir respeto a este lugar de culto. Más preocupante ha sido que muchos de los comerciantes en la vía pública que durante años se mantuvieron en el zócalo de la capital, hayan simplemente transitado sólo unas cuantas cuadras para ubicarse en inmediaciones de dicho conjunto conventual que es, hoy en día, uno de los sitios más visitados. Pese a ello, el gobierno de la ciudad ha visto con demasiada indulgencia –justamente porque es el gran negocio para concejales y funcionarios- que los accesos al citado monumento histórico estén a menudo copados de puestos.

Adicionalmente a todo ello, tenemos una ciudad con baches por doquier, semáforos que no funcionan, inseguridad por todos los rumbos de la capital. Justo en la víspera de celebración de nuestra tradicional Guelaguetza, a plena luz del día se dio un atraco millonario a las puertas de una sucursal bancaria, ubicada en la populosa Calzada Porfirio Díaz. Una persona fue despojada de la suma de 2 millones de pesos que había retirado. Obviamente, nuestras corporaciones municipal y estatal arribaron luego del niño ahogado. ¿Conclusión? Los ladrones huyeron con el botín. Es decir, se puede decir que la ciudad de Oaxaca es de los destinos más socorridos en materia turística. Pero llegan aquí y se van decepcionados.

 

De espaldas a la ciudadanía

 

La sociedad civil organizada, los grupos empresariales, las juntas de vecinos y los comités vecinales deben tomar una actitud más determinante para defender a nuestra capital de los abusos de su gobierno. Y es que al paso que vamos, muy pronto la ciudad, este bello Patrimonio Cultural de la Humanidad, acreditado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), podría convertirse aún más de lo que es hoy en día, en un gigantesco tianguis, desordenado, donde prevalezca la anarquía y la suciedad. Y eso debe ocurrir antes de que el gobierno que encabeza Francisco Martínez Neri, termine su labor depredadora y de destrucción de calles, espacios públicos, andadores, parques y sitios de esparcimiento. La única forma de detener esta labor es recurriendo al amparo de la justicia de la Unión.

Lo que hemos visto en este período vacacional, en donde se ha actuado de espaldas a la ciudadanía requiere de respuestas contundentes y no medias tintas. No es posible que los espacios públicos sean vistos como si fueran patrimonio de concejales y funcionarios rapaces y mercenarios. O de ediles mentirosos y mercachifles que fingen demencia o sólo nadan de muertito, sin voluntad para detener este burdo negocio. Deben hacer espacios libres del comercio en la vía pública. Hay zonas en las que han borrado del mapa al comercio establecido; que han generado malestar para los vecinos. Y no es capricho de los mismos, sino que el comercio en la vía pública genera también inseguridad, desorden en la vialidad, ruido y contaminación visual. Es el caso de los vecinos y comerciantes ubicados en las inmediaciones de Santo Domingo o quienes viven cerca del Jardín Antonia Labastida, que se levantaron la semana pasada con la novedad de ver instaladas gigantescas carpas.

Nuestra capital está harta de malos gobiernos; de ediles omisos y dados a las corruptelas. El actual equipo municipal ha sido un fraude completo, pese al sobado discurso de combate a la corrupción y demás demagogia. Y siempre habremos de recordar que el edil Francisco Martínez Neri prometió durante su campaña para la presidencia darle prioridad a la regulación del comercio en la vía pública, pero a poco de haber llegado al cargo simplemente le dio la vuelta a la misma y cayó rendido a los pies de su Secretario de Gobierno Municipal, Felipe Edgardo Canseco Ruiz, conocido hoy como el capo del Cártel de las exposiciones y del comercio ambulante.