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Editorial

Reforzar mecanismos

 


Ya es común escuchar las fanfarrias y demás por la temporada de mayor afluencia turística en la entidad. Exhibir nuestra riqueza cultural, artística, gastronómica, con un catálogo de actividades de toda naturaleza. Ferias, exposiciones, muestras, folklore, etc. Sin embargo, el arribo de miles de visitantes del país y el extranjero en estos festejos de julio, conlleva una responsabilidad de los órdenes de gobierno, estatal y municipal. Una de ellas, es garantizar una estancia segura y sin sobresaltos y, la otra, que todo lo que se dice de Oaxaca como entidad segura y de grandes anfitriones, quede demostrada en los hechos. En la capital, ya se sabe, salen de su madriguera las ratas para robar automóviles, auto-partes, romper cristales y robar el interior, todo ello, además de sacar billeteras o maletas. La otra: que el turista llegue sin los malestares de abusos, malos servicios o cobros indebidos, que puede empezar con la sobreventa de boletos aéreos o los costos elevadísimos de las entradas a La Guelaguetza.

Desafortunadamente, con la novatez y la ignorancia de los titulares de algunas áreas del gobierno estatal que, por si no fueran suficientes sus torpezas, insisten en no rodearse de personas profesionales, poco se puede hacer para superar los errores del pasado reciente. Pero mucho se puede hacer en acciones coordinadas entre las corporaciones policiales estatales y municipales para brindar seguridad a los visitantes del país y el extranjero. Los operativos policiales con certeza habrán de disuadir la comisión de ilícitos. No basta anunciarlos con bombo y platillo o verificar si se instalaron o no desde un helicóptero oficial, como ocurrió en la Semana Santa, sino de asignar responsabilidades estrictas a los titulares. Porque ello hay que instrumentarlo no sólo en la capital sino en los diversos destinos turísticos del estado.

Se trata pues, de una acción de corresponsabilidad en las instancias de gobierno y el llamado a la sociedad civil para activar la cultura de la denuncia. Ello sin soslayar la urgente y necesaria instalación de los módulos de atención a los visitantes y, de ser posible más adelante, la aparición de nueva cuenta de la Policía Turística profesional que, la moda de cada sexenio ha mantenido o desaparecida, según las filias o fobias del gobernante en turno. Lo cierto es que, en materia de atención y seguridad a los visitantes, estamos en pañales frente a otras entidades.

 

Cerrazón y extorsión

 

Por lo que ha expresado el titular de la Secretaría de Gobierno, José de Jesús Romero López, se ha mantenido vigente el diálogo con los vecinos y autoridades municipales de San Sebastián Coatlán, distrito de Miahuatlán que, desde hace al menos un mes, mantienen un bloqueo carretero en la nueva vía Barranca Larga-Ventanilla, obstaculizando los trabajos para su conclusión en tiempo y forma. Desde que instalaron dicho bloqueo trascendió, dicho por el mismo ejecutivo estatal, que mañosamente pedían 50 millones de pesos para repartirse entre quienes participaron en dicha medida de chantaje. Según trascendió, se les ha explicado la asignación de recursos a su municipio, así como las cantidades y partidas presupuestarias que por ley le corresponden. Se insiste en el diálogo, pero no en la aplicación de la ley. Se trata de un burdo método de extorsión que tal vez el gobierno no haya querido ver como lo que es, no como lo encubren los bloqueadores.

Hace unos días se quejaron de que habían sido objeto de un atentado criminal y mostraron fotos de impactos de bala en vehículos que mantienen en el bloqueo. Verdad o mentira, lo cierto es que dichas acciones han crispado los ánimos tanto de los ciudadanos que se arriesgan a pasar por esa vía no concluida como de la misma gente de la región, hartos de tanto ensañarse con otros por su disputa o exigencia ante el gobierno estatal. No es casual que en algún otro momento ocurran hechos similares. Hay entre los oaxaqueños un hartazgo generalizado respecto a dichos métodos. Por fortuna no hubo desgracias personales qué lamentar, pero a eso se exponen quienes, manejados por sus titiriteros o manipuladores, a la menor provocación, cierran carreteras o cruceros urbanos.

La carretera a la Costa, es una obra prioritaria que habrá de beneficiar a miles y miles de oaxaqueños de la Sierra Sur y de la Costa. Contribuirá, además, como pivote del desarrollo económico para la zona turística. ¿Cómo se explica que un grupo de vecinos la mantenga paralizada no obstante los beneficios que aportará en el corto y mediano plazo? El gobierno de Salomón Jara algo tiene que hacer para que hechos como éste no se repitan y se tome un proyecto de beneficio social como bandera de unos cuantos, tengan o no causas legítimas. Entre los oaxaqueños –no es necesario insistir- hay un hartazgo justificado respecto a estas acciones de chantaje. Para muchos, se requiere el uso de la fuerza pública y dejar atrás las sobadas mesas de diálogo.