Abandono y sin obras
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Opinión

Editorial

Abandono y sin obras

 


Por lo que informamos y palpamos día a día, tal parece que la capital Oaxaca de Juárez ha arrastrado durante los últimos cuatro años y medio un mal fario. Hay un abandono total del entorno urbano y falta de obras. En el trienio de Oswaldo García Jarquín, con la inercia del triunfo arrollador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), edil y cabildo se dedicaron a otras cosas y no a proponer un plan de desarrollo municipal que marcara prioridades y ejes de planeación. Se privilegiaron la vida social, el desapego a la responsabilidad institucional y el compromiso con la sociedad. El trienio terminó dejando muchos cabos sueltos, un gravísimo endeudamiento y, particularmente, ninguna obra pública que valiera la pena. Lejos de cobrar los agravios con el ex edil de Morena, la ciudadanía se fue con la finta del discurso de quien fuera candidato del mismo partido y hoy presidente municipal, Francisco Martínez Neri que, por lo que ha hecho en un año cinco meses de gestión, ha dejado mucho qué desear en torno a lo que prometió en campaña.

Los primeros meses, el edil se dedicó a lamentarse de la situación financiera que había recibido y de las deudas por pagar. Pese a todo ello, ha pasado más de un año sin que se sepa de responsabilidades penales o administrativas que le haya fincado a su antecesor. Recientemente trascendió la corrupción que ha generado en el ayuntamiento la renta de espacios en ferias y eventos públicos, de cuya rentabilidad no ingresan más que unos cuantos pesos a la Tesorería Municipal. A ello hay que agregar el todavía irresuelto asunto del encierro “Primavera”, cuyos coletazos jurídicos y legales aún no han alcanzado al gobierno municipal, pero que sí exhibió los negocios millonarios de algunos funcionarios, que todavía no han recibido castigo más que la pérdida de sus fuentes de trabajo.

Más preocupante aún es que, de las 105 obras planteadas para llevarse a cabo en el ejercicio 2022, haya más del 90% que tienen avances poco significativos y que, pueden correr el riesgo de suspenderse al vencerse el término que impone la ley en el manejo de los recursos del Ramo 33, apartado III. La capital oaxaqueña pues, en este quinto año que es gobernada por Morena, muestra los síntomas propios del abandono y la falta de obras. Lo más grave es que se ha ido desmoronando la confianza que en algún momento le fue otorgada al actual equipo de gobierno.

 

Sistema colapsado

 

La semana pasada, indignada como si estuviera ausente de la realidad oaxaqueña y de lo que pasa al su alrededor, la diputada local de Morena, Haydeé Reyes Soto, tronó en contra del gobierno de Oaxaca de Juárez, en virtud del mal estado del sistema de semáforos. Se trata de un tema que ya hemos abordado en este espacio editorial y en nuestras páginas. El equipo de reporteros de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, a menudo reporta sucesos y carencias que se dan en nuestra capital. Bajo esa premisa hemos publicado decenas de fotos en cruceros en donde cruzar de un lado para otro es jugarse la vida. El mal estado de los semáforos son un peligro mortal; riesgo de ser arrollados por pesadas unidades o provocar accidentes. Sin embargo, la falta de un canal que reciba las quejas diarias y les dé seguimiento en el ayuntamiento capitalino, menos un canal de comunicación eficiente o al menos institucional es evidente. Ni se informa ni se comunica.

A todo lo anterior se añade la falta de una política de seguridad que permita desplazar a elementos de la Secretaría de Seguridad, Vialidad y Protección Civil, a las áreas en donde se requiere su presencia. Los elementos que tienen a su cargo la vialidad se dedican como antaño a sancionar a conductores ebrios o motivo de faltas administrativas. Pero no ven a todas horas del día las gigantescas y perniciosas dobles filas que colapsan por completo el tránsito capitalino. Esto es, no existe voluntad política o para reparar el sistema colapsado de los semáforos o para evitar accidentes disponiendo del personal respectivo. A diario se reportan choques, alcances o eventualidades en donde el automovilista lleva la peor parte, sin que el Cabildo Municipal haya aprobado el presupuesto o las medidas pertinentes para paliar esta situación.

Están tan mal las cosas en el municipio citadino que aquellas fuentes históricas que fueron rescatadas y rehabilitadas con el apoyo de manos altruistas, sólo hayan estado activas en los festejos del 491 aniversario. Como lo informamos la semana anterior, nada más pasó dicha fecha y volvieron a la oscuridad como antaño. Hay pues una explicación para no enfrentar la problemática urbana como es el caso de los semáforos descompuestos: la apatía, la indolencia o la falta de voluntad política por parte del gobierno de la ciudad y del Cabildo. Las denuncias, las quejas, los llamados para atenderlas, simplemente les resbalan.