Ninguna acción preventiva
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Opinión

Editorial

Ninguna acción preventiva

 


Luego de las lluvias y granizadas atípicas de mediados de abril y del inicio formal de la temporada a inicios de mayo, no se ve por ningún lado la operación de algunos mecanismos de prevención para evitar inundaciones en la capital oaxaqueña y el área conurbada. Siguen las alcantarillas llenas de basura; no se ha dado mantenimiento a las atarjeas de desfogue de aguas pluviales ni siquiera la limpieza de acotamientos o banquetas. La tarea le corresponde al Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPA) que, como hemos comentado en este mismo espacio editorial, ni siquiera atiende las quejas y denuncias de fugas tanto de agua de consumo humano como de aguas residuales. Pueden pasar días antes de que dichas fugas sean atendidas. En EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, con oportunidad hemos publicado fotos y datos de las mismas.

Por su parte, también el gobierno municipal de Oaxaca de Juárez ha sido omiso en atender con diligencia la situación de viejos árboles que están plagados o afectados por la edad y que, en esta temporada, son un riesgo para automovilistas y transeúntes. No se conoce algún programa preventivo de poda o saneamiento. Según el área respectiva del gobierno local se sabe que hay cientos de especies que deben ser derribadas, pero con el pretexto de que no se cuenta con recursos para dicha tarea, hace naufragar cualquier propósito. En las redes sociales, muchos ciudadanos a menudo informan del gravísimo riesgo de desprendimiento de ramas o precipitación a tierra de especies enormes como laureles, sabinos o eucaliptos. Sin embargo, la autoridad no asume su papel, a la espera seguramente de un incidente mortal o siniestro de fatales consecuencias.

Por otra parte, no obstante, los reportajes y notas que se han publicado al respecto, es la hora en que el Cabildo de la Ciudad no ha discutido el tema de las viejas casonas que están en mal estado, muchas de ellas ya acordonadas por los organismos de Protección Civil. Del tema hemos tratado mucho. En el gobierno que preside Francisco Martínez Neri no se dado respuesta alguna a inmuebles que exhiben su deterioro. Un ejemplo es una casona que se ubica en la calle de Independencia, casi frente al Jardín Sócrates y La Soledad, cuyas paredes parecer ceder a cada momento. Ni autoridades ni propietarios toman acciones al respecto. Es decir, con la temporada de lluvias ya encima, seguimos padeciendo los mismos males.

 

Impunidad insultante

 

¿Quién protege o solapa a algunos de esos sindicatos del transporte, cuevas de delincuentes y criminales que hacen y deshacen en Oaxaca, sin que nadie los toque siquiera? Sin duda alguna el gobierno o, algunos actores políticos que mañana pasado los utilizarán con fines electorales. El caso concreto es de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) que, desde su aparición en la entidad, en pleno período de gobierno de Alejandro Murat, puso por delante sus acciones de violencia para posicionarse como una fuerza delictiva, que lo mismo asesina a sus opositores que busca contratos o concesiones a través del terror. En efecto, sus acciones incluso delictivas son solapadas con una insultante impunidad, no obstante, los señalamientos del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha calificado a éste como a otros, como “sindicatos mafiosos”, por alguna razón no precisamente sana.

A lo que vamos es a este tema. Luego de jalones y una operación política para afectar al edil de la capital, Francisco Martínez Neri, los dirigentes de algunas colonias y agencia ubicadas en jurisdicción de la Villa de Zaachila, en cuyas inmediaciones se ubicaba el tiradero municipal, pusieron fecha límite para cerrarlo de manera definitiva. Eso ocurrió el 8 de octubre de 2022. No sólo los camiones recolectores de desechos sólidos del ayuntamiento capitalino sino de al menos 25 municipios conurbados, de vieron impedidos a depositar su carga pestilente, sino centenas de camionetas que, previo cobro, sustituían a los camiones oficiales para recoger la basura en agencias, colonias y predios difíciles de llegar. De inmediato y de manera oportunista, CATEM arropó a los operadores de dichas unidades y, contraviniendo sentencias, amparos, quejas de impacto ambiental, etc., se apropió de los playones del Río Atoyac, para ocuparlos como depósito de desechos.

Más de 8 mil toneladas se han acumulado ahí. Se han dado incendios que han afectado el medio ambiente de la ciudad y los Valles Centrales y uno y mil llamados sin que el citado sindicato mafioso limpie el cochinero. Ha trascendido que se le habrían impuesto multas y una serie de llamados. Todo ha sido inútil. Los dirigentes rodeados de sicarios se han pitorreado una y otra vez de los citados llamados, exhibiendo la abominable protección que se les dispensa desde las más altas esferas del poder público.