Viernes de Dolores
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Viernes de Dolores

 


Hoy es un día especial para la sociedad tradicional oaxaqueña, particularmente para los oriundos de la capital. Se celebra el viernes de Dolores, que es el sexto de los siete que tiene la Cuaresma y que cierra, justamente con el Viernes Santo. Si bien es cierto que algunas viejas tradiciones van desapareciendo con los tiempos modernos y van apareciendo otras, sin duda alguna hoy, en muchas casas habrán de aparecer altares a la Virgen de Dolores, con imágenes con flores y adornados con borreguitos de loza de Atzompa, con hojas de chía. Así se celebraba este día. Con una gran devoción, pues antecede a la Semana Santa, donde se cuidan los días de guardar. En el Siglo XX, cuando se pusieron de moda los llamados viernes de El Llano, con la participación de jóvenes mujeres de las preparatorias de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), el remate que era este viernes, los paseos florales ya no se hacían en dicho parque, sino en el Zócalo de la capital oaxaqueña.

Sin duda alguna muchas bellísimas tradiciones y costumbres han ido pasando a mejor vida. Muchos recuerdan aún hoy la devoción de Jueves y Viernes Santo. La vista a las siete casas el primer día o la asistencia a las ceremonias religiosas en las principales iglesias de la capital el viernes. Pero hay otras costumbres no precisamente religiosas como la celebración del carnaval o los Juegos Florales, tanto cuando era Instituto de Ciencias y Artes del Estado, como ya convertido en UABJO; la premiación en el Teatro Macedonio Alcalá y muchos otros eventos que la modernidad ha ido desapareciendo. Es el caso de la escasa asistencia a los viernes de El Llano, cuando antes eran verdaderas romerías, con música, paseo, venta de flores. Luego de haberse convertido el Zócalo de la capital en nudo de protestas, dejaron de venderse los nardos y jazmines, que inundaban con su olor los paseos familiares.

Hoy, pues, seguramente las familias tradicionales, la gente de los mercados, de los barrios y otros, no olvidarán poner sus altares con la Virgen María y su gesto solemne de dolor, en la sala o pasillos de sus casas. Si aún no ha caído en el olvido, si alguien se acuerda seguramente invitará a las jóvenes preparatorianas que llegaron los viernes anteriores al Paseo Juárez, El Llano, a concentrarse en el Zócalo, para recibir los tradicionales arreglos florales.

 

Violencia exacerbada

 

El país está viviendo escenarios de violencia nunca vistos. Y Oaxaca no se ha salvado. Se han dado vendettas y ajustes de cuentas en las que se acaban familias completas. Ahí están los casos de San Miguel Soyaltepec o el de Santiago Amoltepec, sólo por mencionar hechos recientes. La violencia en contra de mujeres, traducida en feminicidios, nos ha ubicado en primerísimos lugares a nivel nacional. El impacto de la nueva era de la comunicación, las redes sociales y la parte negativa del Internet, también han hecho su labor. El bullying y los pleitos escolares siempre han existido. Pero no pasaban de puñetazos y patadas. Hoy, esas diferencias entre los mismos compañeros se llevan hasta la muerte. Casos como en Veracruz, en que perder en un video juego fue móvil para que un menor fuera por la pistola de su papá y le disparara a su compañero. O la menor que hace días golpeó a su compañera hasta provocarle la muerte.

Muchas de esas escenas las vemos en vivo gracias a las redes sociales. Igual que los grupos criminales torturan y ejecutan a sus enemigos, videograbando escenas propias de mentes sádicas, para imprimir miedo. Ver fotos de cadáveres regados luego de una incursión de bandas criminales, se ha vuelto algo común. Tal parece que nos hemos ido acostumbrando a repetir videos de desollamientos o degüellos. Hay un apetito patológico por la sangre. Pero tal parece que, en lugar de corregir el rumbo de nuestro país violento, todo se remite al escarnio mediático. ¿Cuáles son las alternativas de la Secretaría de Educación Pública para sancionar el bullying y el acoso escolar? ¿Cómo buscar la existencia de un país civilizado, unido, menos violento, con discursos de odio y linchamiento? La semana pasada en un mitin masivo en ocasión del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, se prendió fuego a una figura de cartón que representaba a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en medio de una turba que lo festinaba.

Esto es, como en los tiempos de la Inquisición, hay que quemar a los apóstatas, herejes y sospechosos de practicar la brujería, en leña verde. Mientras más grande sea la pira, mayores los aplausos de una multitud irracional, ávida de disfrutar el sufrimiento y la agonía. Quitarle la vida al vecino y llamar a la violencia parece ser hoy en día, el deporte favorito. Sólo la cordura, la madurez y la sensatez de los gobernantes, pero también la responsabilidad ciudadana, podrán evitar que en México la muerte siga teniendo permiso.