Los mismos moldes
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Los mismos moldes

 


El pasado domingo concluyó en Madrid, España, la Feria Internacional de Turismo, conocida como FITUR. Se trata de uno de los eventos más importantes a nivel mundial, en el que se dan cita los mayoristas de la industria sin chimeneas. La participación de México se da cada año para ofrecer destinos de playa y rutas históricas, entre otras ofertas. Como suele ocurrir y en tiempos cuando se habla de austeridad republicana en este gobierno, asistió a dicho evento internacional una nutrida delegación oaxaqueña encabezada por la titular de la Secretaría de Turismo, Saymi Pineda Velasco que, a mes y medios de haberse estrenado en el cargo, ya tiene en su haber su primer viaje internacional. No se trata de un desembolso menor pagar boletos aéreos México-Madrid-México, además de los viáticos de los asistentes, así sea para tomarse la foto y presumirla con familiares y amigos.

Durante los gobiernos neoliberales, no faltaba la asistencia del mismo gobernador y un séquito de cercanos e incondicionales. Sin embargo, pese a lo oneroso que implica la participación en dicho evento, tomando en cuenta el costo de los stands y espacios para publicidad, promoción y exposición, era muy poco lo que dichas delegaciones se traían a Oaxaca. Es decir, contratos con agencias de viajes, de venta de nuestros destinos y su ubicación en el mercado turístico mundial. Cada año vemos la misma historia, pero nada que vaya a repercutir en nuestra desgastada y lacerada industria sin chimeneas. En otras palabras, vemos que cada temporada vacacional la dependencia estatal da a conocer estadísticas y cifras de ocupación y derrama económica, pero nada extraordinario.

Según algunos expertos en el tema Oaxaca se vende sola. Ello, por supuesto, tiene sus asegunes, pues se le ha apostado a esta tesis para abandonar las políticas de promoción. Desde los años ochenta en que emergió el proyecto Bahías de Huatulco a la fecha, nuestra entidad está catalogada como destino de paso, sobre todo la capital. Frente a otros destinos de playa, tanto éste como Puerto Escondido, van a la zaga de otros como Ixtapa o Los Cabos. Oaxaca pues, más que llevar cada año a una caterva de inútiles a regodearse en la FITUR y otras que se llevan a cabo en Europa, requiere de una política turística que conlleve a mejorar en todos los sentidos, nuestra vocación y aprovechar de manera integral todo lo que podemos ofrecer a México y el mundo.

 

Bajo acoso de los bloqueos

 

El Istmo de Tehuantepec, como lo hemos comentado en este mismo espacio desde hace tiempo, es rehén permanente de los bloqueos carreteros. Hay días en que grupos y organizaciones materialmente ahorcan la región completa. Se llegan a contabilizar desde tres hasta seis en un solo día. Comerciantes, empresarios, transportistas y ciudadanos afectados, han reiterado una y otra vez al gobierno estatal la urgencia de ir acotando estos mecanismos de presión. La cuestión se exacerbó desde el movimiento de 2006, siguió en los regímenes de Gabino Cué y Alejandro Murat, sin que ninguno haya movido un solo dedo para resolver esta situación. El bloqueo carretero se ha convertido en Oaxaca en una institución, motor de la presión y el chantaje. Es, sobre todo, el boyante negocio de dirigentes y titiriteros de comunidades, como las del Bajo Mixe que, por quítame estas pajas, cierran la Carretera Transístmica.

El lunes 16 de enero, desde muy temprano, un grupo bloqueó el llamado Puente Caracol, impidiendo el tránsito vehicular hacia Chiapas, Veracruz, México, Acapulco y muchos otros destinos más. El martes, tonando como bandera la aprehensión de un dirigente de la Asamblea de los Pueblos del Istmo por la Defensa de la Tierra y el Territorio, David Hernández Salazar, reconocido por su beligerancia y dado a incendiar y destruir, un grupo de vecinos de la agencia de Puente de Madera, obstaculizó el tránsito en ese tramo de la carretera 190, entre Tehuantepec y Juchitán, en donde quedaron atrapados 33 turistas franceses, quienes fueron rescatados por elementos de la Guardia Nacional. Del tema comentamos la semana anterior. No bien habían liberado dicha vía y otros vecinos hacían lo propio a la altura de Matías Romero.

Es decir, no hay un solo día en que la ciudadanía de esta región pueda vivir en paz y con calma chicha. Lo más grave es que aquí se lleva a cabo uno de los proyectos más emblemáticos del gobierno de la Cuarta Transformación. La pregunta es: ¿cómo asegurar su éxito ante tantas afrentas a la libre circulación? En el pasado régimen, el gobernador le apostó a nadar de muertito con el banal argumento de que no se usaría jamás la fuerza pública. Y lo cumplió a pesar de la indignación y molestia generalizada. Pero, por lo que hemos visto a la fecha, tampoco el gobierno de Salomón Jara ha hecho nada al respecto para poder garantizar el clima de libertades de esta región oaxaqueña.