Regreso a clases
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Editorial

Regreso a clases

 


De manera oficial y según el calendario escolar, hoy concluye el período vacacional decembrino en el sistema que rige la Secretaría de Educación Pública (SEP), período que inició el pasado 19 de diciembre. Por lo tanto, hoy estarán en actividad los centros escolares que se hayan diseminados por toda la geografía oaxaqueña. El magisterio en pleno, seguramente estará atendiendo los planes y programas escolares que tienen encomendados, particularmente el compromiso de los mentores en el proceso enseñanza-aprendizaje, más allá de fijaciones ideológicas o participaciones sindicales, que ello, no debe contraponerse con el compromiso tácito que el maestro tiene con la educación que imparte el Estado. De esta suerte, los diversos niveles escolares: educación básica, media, media superior y superior del sistema educativo oficial, retornan a las aulas.

Y es que tema educativo parece ser que vuelve a ser un dolor de cabeza para el gobierno estatal. Hay que recordar que durante los últimos cuatro años de la administración del ex gobernador Alejandro Murat, tomando en cuenta los tiempos de pandemia de marzo de 2020 hasta mediados de 2022, el proceso educativo por parte del sedicente magisterio, pareció entrar en un impasse de calma relativa. Sin embargo, la designación de una nueva dirigencia seccional, vuelve a poner en el escaparate el retorno de los métodos anteriores, como el de movilización-negociación-movilización, del cual la sociedad está harta, pues retorna el radicalismo pernicioso que pone a la educación de los alumnos como plataforma para lograr prebendas y dádivas, a las que el magisterio mal llamado democrático se acostumbró durante décadas.

Es posible pues -ojalá estemos equivocados- que no tengamos que padecer constantes marchas, cierre de escuelas, maestros en las calles y alumnos del sistema educativo oficial en sus casas. Que se siga afectando el proceso educativo añadiendo más males al histórico rezago que arrastra la educación pública en Oaxaca. Si lo que el gobierno de Salomón Jara ha ofrecido, de revisar escuela por escuela, aula por aula, para comprobar que el maestro esté trabajando se hace realidad, sin duda alguna, será un buen empiezo para corregir y sancionar tantos vicios que se han incubado ahí desde hace casi 43 años. Es un hecho que hay mentores que, con el argumento de la pandemia, se han negado a retornar a sus centros de trabajo y que muchos más siguen cobrando dejando abandonadas sus comunidades y escuelas.

 

OSFEO o ASFEO, que cumpla

 

Con el argumento de que el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), fue algo así como un elefante blanco –que lo fue en efecto- diputados y diputadas de la LXV Legislatura aprobaron un cambio de denominación, ahora se llamará Auditoría Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (ASFEO). Para el ciudadano común y corriente, el nombre es lo de menos, lo que urge es que cumpla con su misión: verificar el uso y abuso de los recursos públicos en el sector público, particularmente en los municipios de la entidad, en donde los ediles hacen del presupuesto público su coto de poder. En este espacio editorial hemos criticado con dureza las complicidades y falta de oficio de las cabezas del primer órgano en la documentación, análisis y posterior consignación de así ser necesario ante las autoridades de justicia de ediles incumplidos, corruptos o dados a vicios en el manejo del erario.

Son raros los casos de ediles que han sido llamados a cuentas por delitos como peculado o enriquecimiento inexplicable. Es decir, la estructura de la OSFEO, sin titular durante los últimos años sólo nadó de muertito, como se dice vulgarmente. Los auditores hicieron como que trabajaban y los indiciados, como que rendían cuentas. Ello repitió el esquema que se utilizó cuando existió la llamada Auditoría Superior del Estado (ASE). Cuando se trataba de rendir cuentas, los ediles morosos o bajo la lupa, entregaban su documentación a los auditores que les eran asignados. Después de ello eran reconvenidos a solventar los gastos y observaciones. Para ello se ponían a su disposición despachos contables y de auditoría, propiedad de los mismos funcionarios de la ASE, que así operaban como juez y parte. De acuerdo al daño al erario municipal y para corregir las irregularidades y anomalías era el pago. Es decir, un vulgar prevaricato.

Por ello, nada están descubriendo los y las diputadas de la mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que hoy se llaman sorprendidos de la inamovilidad del OSFEO, cuando fueron varios de ellos quienes traficaban influencias para que a sus ediles favoritos no los tocaran. Insistimos: el cambio de denominación no es lo que importa, sino la forma en la que la nueva dependencia cumpla a cabalidad las reglas que le impone la Comisión de Supervisión y Vigilancia de la Legislatura en vigor.