Inicia período vacacional
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Editorial

Inicia período vacacional

 


Desde hoy y hasta principios del mes de enero de 2023, estará vigente el período vacacional de fin de año. Desde ayer ha empezado la “visitación” –como dijo la nueva titular de la Secretaria de Turismo, Saymi Pineda Velasco-, en referencia a la afluencia de visitantes que arriban a los tres principales destinos de la entidad: la ciudad de Oaxaca y los Valles Centrales, Puerto Escondido y Huatulco. Al menos en lo que hemos podido constatar, la capital ha sido un destino privilegiado pues tiene visitantes del país y el extranjero no sólo en las temporadas vacacionales, sino que se ha convertido en un sitio permanente de turismo sobre todo nacional, al hacerse destino privilegiado para bodas y otros eventos sociales. Familiares de parejas de nivel económico solvente, que se vienen a casar a Santo Domingo, bloquean hoteles y restaurantes en fines de semana. He ahí el por qué urge una política turística que permita convertir a la industria sin chimeneas en un verdadero destino.

Por fortuna, el nuevo gobierno realizó una acción largamente esperada: el desalojo del zócalo de la capital, tanto del comercio en la vía pública como a los indígenas triquis que mantenían copados los pasillos del Palacio de Gobierno. El Centro Histórico luce en todo su esplendor. Un mérito loable del gobierno de Salomón Jara. Ahora, lo importante es desplegar una política que evite abusos de los prestadores de servicios, que la capital y los destinos de playa sean en efecto, lugares idóneos para seguir atrayendo al turismo del país o el extranjero y elevar la calidad de los servicios. No se trata sólo de darles publicidad a los restaurantes de moda, a los chefs que dicen estar en niveles internacionales, sino a sitios de interés cultural; mercados de artesanías y pueblos mágicos que se encuentran olvidados.

En el pasado siempre criticamos la falta de una estrategia de promoción de nuestras bellezas tanto históricas, como arqueológicas y naturales. Todo se les apostó a las fiestas de julio y al turismo de temporada. Ojalá pues que esta época decembrina signifique una buena afluencia, una mejor derrama económica y que ello se constituya en un respiro para nuestra única industria limpia rentable que tenemos en la entidad. Pero no más ficciones ni “visitaciones”, que refleja la ignorancia, ceguera y torpeza de quienes están al frente de la dependencia gubernamental.

 

¿No mentir, no traicionar?

 

El eslogan que hizo famoso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y que sus fans han acomodado a su conveniencia, ha hecho agua en ciertos niveles de gobierno en Oaxaca, es el “no robar, no mentir, no traicionar”. Ponemos un ejemplo. Hace al menos un par de semanas, un colega periodista radicado en el Istmo de Tehuantepec publicó en su cuenta de Twitter, lo que todo mundo sabía en la población afectada, pero no se terminaba de corroborar: que, por cierta cantidad de dinero, el hamponcete presidente municipal de San Pedro Tapanatepec, población en límites con el estado de Chiapas, estaban recibiendo miles de toneladas de basura procedente de la capital del estado, transportada en las llamadas góndolas. Por un lado, el vocero del gobierno de la ciudad arremetió en redes sociales contra el compañero que había mencionado que el Istmo se había convertido en basurero de la ciudad de Oaxaca de Juárez, al señalar que verificara sus fuentes pues el municipio capitalino enviaba los desechos sólidos a un lugar certificado; por el otro lado, el presidente municipal de la comunidad istmeña que dijo ante su pueblo, que era falso que estuviera recibiendo basura de la ciudad.

Ambos mintieron. En efecto, la población istmeña sí recibió los desechos generados por los capitalinos, lo cual fue reconocido por el mentiroso edil y, por otro lado, el vocero también mintió al afirmar y aún retar al colega periodista a conformar sus fuentes. Hasta el día de hoy, el destino de los desechos sólidos que se generan en la capital sigue siendo incierto, dado que el ayuntamiento que preside Francisco Martínez Neri no ha confirmado que exista un predio o terreno ya comprado por el gobierno local para que sea el destino final de la basura que se genera en la capital. Todo ha sido verdades a medias, opacidad y discrecionalidad. Lo peor de ello es que se ponga en tela de juicio lo que compañeros que viven en la región istmeña han probado con datos y pruebas gráficas.

Han dicho bien pues, algunos colegas, que el área de Comunicación Social del ayuntamiento capitalino ni informa ni difunde, sólo confunde. ¡Vaya, estrategia del gobierno de Martínez Neri! En efecto, todo se le quiere apostar a las bondades de las redes sociales y quién pesque la información que la difunda. La pregunta es: ¿y en dónde está el trillado eslogan de López Obrador, no robar, no mentir, no traicionar?