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Editorial

Eludir responsabilidad

 


En la agreste geografía oaxaqueña se hayan diseminados 570 municipios. Oaxaca es la entidad del país que tiene casi la cuarta parte de municipios. Elegidas sus autoridades por el sistema de partidos políticos o por sistemas normativos internos, lo que antes se conocía como usos y costumbres, cada uno de ellos maneja de manera autónoma su presupuesto, sus participaciones y los fondos que les ministra el gobierno federal, de los cuales tienen que rendir cuentas antes los organismos locales, como el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO) o la Auditoría Superior de la Federación (ASF), según tengan que dar cuenta de los recursos. Salvo los cerca de 25 municipios conurbados de la Ciudad de Oaxaca que depositaban sus desechos sólidos en el antiguo relleno sanitario ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila, el resto ha resuelto su problema del manejo de basura como ha podido.

Resulta pues por demás extraño, que algunos de ellos sigan eludiendo la responsabilidad que les compete en este rubro y que el mismo gobierno de Oaxaca de Juárez esté confiado en que sea el gobierno estatal quien le resuelva sus problemas cada que el tema del manejo de la basura reviente. Compete a las áreas de servicios municipales de cada ayuntamiento ubicar un predio y habilitarlo de manera adecuada, para que sirva como relleno sanitario para que ahí se depositen los desechos de cada jurisdicción. Cuestión sólo de imaginarse que sea el gobierno estatal quien esté resolviendo dicha problemática en Tuxtepec, Juchitán de Zaragoza o Pinotepa Nacional. Obvio, no es su competencia.

Existen hoy en día empresas particulares que industrializan la basura; que construyen espacios sustentables, en un entorno ambiental sano. Es más, que podrían tener incluso un manejo rentable, desde el punto de vista económico de los desechos que se generan, convirtiendo a los mismos en elementos reciclables o aprovechables. Se sabe que en la capital oaxaqueña eso sería un sueño, habida cuenta de los intereses gremiales y los vicios incubados durante décadas entre los sindicatos de limpia, pero ello no ocurre en otros municipios. Las opciones pues están a la vista. Lo más importante es que los gobiernos locales asuman su propia responsabilidad y dejen de estar esperando que otro orden de gobierno les resuelva sus problemas.

 

Una gran oportunidad

 

La crisis de la basura que hemos vivido durante poco más de un mes, a raíz del cierre del relleno sanitario ubicado en jurisdicción de Zaachila y la posterior adquisición de un predio para el depósito de los desechos, debe representar una oportunidad para el gobierno que encabeza Francisco Martínez Neri, para crear una estrategia para el manejo sustentable de los mismos. Es decir, que no se repitan los mismos esquemas y errores del pasado, sino que pueda asesorarse de expertos para sacar provecho económico de aquello que los citadinos tenemos que desechar de manera ordenada y seleccionada. Desde que la citada crisis inició, el edil mencionó haber contactado con empresas cementeras que utilizan los referidos desechos para sus hornos y su propuesta de ponerlos a su disposición. Pero hay muchas más opciones para el manejo sustentable de la basura, incluso su rentabilidad para sanear las finanzas municipales.

Muchos de los vicios arraigados entre los empleados de limpia son de todos ampliamente conocidos. La selección del cartón, el aluminio o los envases de PET. La recolección en ciertas horas del día en restaurantes, súper mercados, cocinas y mercados, que contribuyen a incrementar sus dietas salariales. He ahí el porqué los camiones recolectores pasan hasta dos veces por las mismas rutas. En una recogen lo que depositan los ciudadanos que salen con sus cestos o bolsas de sus domicilios, en otra de las vueltas sólo recogen en los lugares en donde tienen asignada una cuota semanal o mensual. Todo se sube al camión recolector. Si bien es cierto que dicho negocio está ya muy afianzado entre los trabajadores sindicalizados, también lo es que el gobierno municipal puede diseñar algún mecanismo para que las rentas de dicho negocio sean compartidas. Obvio, no será tarea fácil.

Es éste, uno de los principales obstáculos para privatizar el manejo de la basura y su aprovechamiento e industrialización. Se sabe, por lo que se consulta en internet, que los desechos bien manejados pueden incluso transformarse en energía con la que se puedan iluminar cientos de hogares. Hay pues muchas opciones que tiene hoy mismo el ayuntamiento de la capital oaxaqueña con el predio que será habilitado como relleno sanitario. Evitar los vicios y errores que hubo con el anterior, cuyos coletazos siempre han afectado y nos siguen lacerando a los ciudadanos de la capital desde hace años.