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Opinión

Editorial

Una pésima imagen

 


Fue la que dio la capital oaxaqueña, convertida en un gigantesco estercolero, con basura en mercados, calles, esquinas, jardines, etc., justo cuando nuestro Patrimonio de la Humanidad fue anfitriona del Cuarto Tianguis de Pueblos Mágicos, 2022, que se celebró en el Centro Cultural y de Convenciones. A dicho evento, además de gobernadores, titulares de Turismo federal y estatales, así como presidentes municipales de 132 pueblos del país que han tenido esta distinción. Y en Oaxaca tenemos varios de ellos como la Villa de Mitla, Capulalpan de Méndez, Mazunte, Huautla de Jiménez, Santa Catarina Juquila y otros. En dicho encuentro, cada uno de ellos mostró ante sus similares, su artesanía, gastronomía, costumbres y tradiciones. Sin duda se trató de un evento de gran trascendencia, pues mostró también nuestra diversidad étnica, cultural, lingüística, etc.

Pese a ello, tal parece que existe una perversa actitud de los mismos oaxaqueños para echarle tierra a la entidad y al gobierno; exhibirlo, mostrar nuestros defectos y no lo que nos distingue a nivel nacional e internacional que son las zancadillas, los golpes bajos y hacer de la olla de grillos una realidad. En julio pasado, los festejos fueron empañados por el cierre del basurero municipal que se ubicaba en jurisdicción de la Villa de Zaachila y que sirvió como tal durante 42 años. Como hemos mencionado en editoriales anteriores, la crisis se vino encima a pesar de que el gobierno de Oaxaca de Juárez tuvo al menos tres meses para buscar una solución. Pero no. Si bien es cierto que la mayor parte de los 570 municipios que tiene la entidad, sus autoridades buscan resolver sus propios desafíos, no pasa lo mismo con la capital, cuya autoridad siempre espera que sean las autoridades estatales quienes le resuelvan sus problemas.

Al tema de la basura hay que agregar la situación tan lamentable que presenta la capital con calles hechas un verdadero paisaje lunar. Porque la capital con todos sus atributos y belleza muestra los síntomas propios del abandono, de la apatía y el desinterés de su gobierno municipal. Hoy, como ha ocurrido siempre, es la ciudadanía quien paga los platos rotos de la falta de recolección de basura, mientras en el municipio se toman su tiempo para resolverlo. El mal, sin embargo, ya está hecho. La mala imagen ya quedó en la memoria de los visitantes, así como quedó grabada en el turismo en los festejos de julio.

 

LXV Legislatura: onerosa, improductiva, oficiosa

 

Como es sabido de todos, la LXV Legislatura del estado, manejada por la mayoría de diputados y diputadas del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha sido estigmatizada con varios calificativos: onerosa, improductiva y voraz. Recientemente se le agregó otro más: oficiosa. La semana pasada, sin más, sólo para figurar en la escena nacional como la primera, por mayoría y vía fast track aprobaron la nueva reforma constitucional sobre la Guardia Nacional que, como todo mundo sabe, pasa a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), institución que se mantendrá en las calles en tareas de seguridad, hasta el año 2028. La citada legislatura tiene en la congeladora cantidad de iniciativas que no ha discutido ni aprobado, pero con una celeridad nunca vista, se apresuró a aprobar la controvertida reforma que sólo ha sido posible por el deterioro moral de algunos partidos políticos, como el Revolucionario Institucional (PRI).

Hace un par de meses, como lo consigamos en este mismo espacio editorial, el referido órgano autónomo se auto-autorizó una ampliación presupuestal superior a los 90 millones de pesos, sin haber pasado más de cuatro meses de que iniciara el segundo período de sesiones, lo que implica que su presupuesto anual, mayor a los 484 millones de pesos, ya había sido erogado en todo o en parte. Es decir, mientras el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador pretende en el discurso –sólo en ello- pasar de la austeridad republicana a la pobreza franciscana, y el gobernador electo, Salomón Jara anuncia medidas de austeridad en su gobierno, sus testaferros de Morena en el edificio de San Raymundo Jalpan, se siguen sirviendo con la cuchara grande sin recato alguno. Es una infamia lucrar de esta manera con el presupuesto estatal, habiendo una y mil necesidades en un escenario estatal con más de un millón de pobres.

Un análisis de la productividad en iniciativas, leyes y decretos aprobados por esta legislatura daría muchas sorpresas. El limitado perfil de muchos de sus legisladores (as) ha levantado protestas, como es el caso reciente de una tríada que aprobó modificar el sistema normativo interno de los municipios que se rigen por el mismo, para acotar la participación de las mujeres. Otra más, que se sacó de la manga que hay que aprobar leyes para que los alumnos de la UABJO no ingieran bebidas alcohólicas en sus festejos.