Sólo buenas intenciones
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Editorial

Sólo buenas intenciones

 


La semana anterior, en el Congreso del Estado, a propuesta de diputadas de los Partidos Unidad Popular (PUP) y del Trabajo (PT), se aprobaron reformas a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para que quienes aspiren a encabezar las distintas dependencias del gobierno sean oriundos de Oaxaca, con experiencia y compromiso a conducirse con honestidad. Sin duda alguna no es mala idea, sin embargo, todo apunta a que parte de la inmediatez de las legisladoras aludidas, habida cuenta de que lo primero que debe proponer el próximo Jefe del Ejecutivo es una nueva Ley Orgánica, adecuada a las expectativas de lo que se propone su administración y adecuada a los tiempos en que vivimos. Si, como mucho se ha dicho, éste será un gobierno que lleve a pie juntillas las políticas de la Cuarta Transformación, la actual ley no sirve para dichos propósitos.

La filosofía de dicha propuesta no es descabellada. La oriundez es también sinónimo de pertenencia, de compromiso con el terruño, de voluntad de servicio a los suyos. No se trata de un chauvinismo regional ni, mucho menos regionalismo. Y es que la experiencia no ha dado sorpresas desagradables, cuando funcionarios de primer nivel no entienden o padecen los problemas que trae consigo una entidad multiétnica y multicultural como Oaxaca. Son, muchas veces, inexpertos que desconocen antecedentes, historia, vivencias. Fue motivo de anécdota cuando en su primera visita ya como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador puso un buscapiés al preguntar el nombre de una alejada comunidad, sin que su interlocutor pudiera contestarle. El mandatario federal dijo el nombre, poniendo en evidencia que quienes gobiernan y toman las decisiones desconocen su propia entidad.

Con todo lo anterior, el Congreso del Estado tiene la responsabilidad de aprobar leyes y reglamentos que tengan como propósito mejorar el andamiaje jurídico, no remendar o proponer temas que nada tengan que ver con la realidad y la idiosincrasia de los oaxaqueños. No se trata tampoco de descubrir el hilo negro, sino de caminar sobre la ruta de aquello que coadyuve a mejorar el desempeño de las instituciones y la calidad de vida de quienes habitamos esta compleja entidad. Por ello, más que su condición y oriundez, que tenga que ver con su experiencia y capacidad; conocimiento y tablas, en las tareas que le encomiende el gobernador. Esto es: hay que ver no sólo la forma sino el fondo.

 

 

¿Separar residuos? Una utopía

 

Un usuario de redes sociales subió una foto en la que aparece una papelera de las que distribuyó en el Centro Histórico una pasada administración municipal, ubicada justamente en las afueras del edificio del Palacio de la Danza, llena de papel, basura orgánica, plástico, etc. Es decir, en lo que parece algo paradójico que sea en las puertas de las oficinas del gobierno municipal en donde se manifiesta de manera evidente, el fracaso de la política emprendida por el edil de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, para que la ciudadanía vaya forjando la cultura de la separación de los desechos sólidos. Hasta la fecha dicha propuesta ni ha cuajado en el ánimo ciudadano ni, mucho menos, ha dado los resultados que se esperaban. Hace al menos un par de meses se hizo mención de que en el Barrio de Jalatlaco se había emprendido con éxito, sin mayores datos posteriores.

Y es que, seguramente ya no es una prioridad. Como lo hemos comentado en este mismo espacio editorial, estamos a diez días de que se venza el plazo que tiene el gobierno local para ubicar un espacio que sirva como relleno sanitario, dado que el 8 de octubre es el último día que las colonias ubicadas en inmediaciones del actual relleno sanitario, en jurisdicción del municipio de Zaachila dieron de término improrrogable. Y pese a que desde hace un par de semanas se difundió que el municipio de Oaxaca de Juárez ya había detectado un terreno para dicho objeto, el costo se estimaba en al menos 31 millones de pesos que, como todo mundo sabe, no lo tiene habida cuenta de la crisis financiera por la que atraviesa desde el inicio de su administración.

Seguramente por ahora, la idea de separar los desechos en orgánicos e inorgánicos bien puede esperar, dado que hay otras prioridades que exigen atención urgente. Más allá inclusive de la adquisición de las compactadoras de basura que con tanto afán ha publicitado el ayuntamiento citadino. A todo ello hay que agregar que no existen hasta el momento, los canales adecuados de comunicación con el pueblo, pues tal parece que el área correspondiente ni informa ni difunde ni hace su trabajo. Todo quiere remitirlo a boletines que sube a redes sociales y que cacha quien quiera difundirlo. Aquí uno de los principales vacíos de la autoridad municipal de Martínez Neri. Esto es, un gobierno local que no difunde y comunica lo que hace o los retos que tiene que sortear para cumplirle a la ciudadanía.