Condiciones inhumanas
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Opinión

Editorial

Condiciones inhumanas

 


Si ha habido un sector sacrificado, pero también estigmatizado y vilipendiado, ése ha sido el médico. Pronto los héroes de la lucha contra la pandemia de Covid-19, en donde cientos entregaron sus vidas, pasaron a ser los villanos que protestan por condiciones más humanas para hacer su trabajo y comida más digna. Médicos y residentes en el Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, han mostrado su inconformidad por las precarias condiciones en las que laboran. No es un secreto que dicho nosocomio se las ha visto negras desde hace cerca de diez años. Para la anécdota hay que recordar que, en los primeros días de su administración, en diciembre de 2016, el gobernador Alejandro Murat visitó sus instalaciones en donde se dio cuenta de que en dicho hospital todas eran carencia. Falta de comida, de insumos médicos, equipo y medicamentos, vicios y demás, lo mantenían de rodillas.

Han pasado casi seis años y el citado hospital sigue en las mismas o peor. Hace unos meses, un grupo de trabajadores sacó a la calle la ropa sucia para exhibir la falta de equipo de limpieza. Hemos publicado en nuestras páginas que familiares de los enfermos son los que hacen el aseo de baños e instalaciones, pues no alcanza para el pago de empleados de limpieza. Durante la pandemia se mostraron muchas de las carencias, como la falta de cubre-bocas, guantes, etc. Y hace poco más de una semana, en las redes sociales de difundieron fotografías y videos respecto a la mala calidad de la comida que se les ha a los médicos internos y residentes, lo cual pone en entredicho la que se les otorga a los enfermos. Todo ello lleva al convencimiento pleno de que las condiciones del citado nosocomio, no sólo no han mejorado sino empeorado, dejando entrever falta de atención de los Servicios de Salud en el Estado (SSO) o, el abandono irracional del gobierno federal a uno de los centros hospitalarios más emblemáticos del estado.

La ciudadanía puede constatar que en la actual administración no hay obras de relevancia hasta el momento. Hay al menos tres en curso que, con certeza, al menos una se terminará al cuarto para las doce. ¿Cuál es el argumento pues de que se haya tenido tanto en el abandono al referido centro hospitalario, al que ya no se le ha hecho ningún remiendo? Vale la pena destacar que hubo una declaración oficial de que se habría de construir un nuevo hospital que sustituyera al viejo, en un espacio cercano. Por lo visto fue una más del frustrado “milagro oaxaqueño”.

 

Violencia y guerra sucia

 

A punto de concluir el periodo de campañas políticas para la gubernatura, han arreciado también los episodios de guerra sucia y violencia. Por ejemplo, la semana anterior en Miahuatlán de Porfirio Díaz, en el entorno de un acto de campaña del candidato por la coalición “Juntos hacemos historia en Oaxaca”, Salomón Jara Cruz, supuestos miembros de la organización “23 de octubre”, arremetieron en contra de taxistas y policías municipales de dicha población. Es más, hicieron detonaciones de armas de fuego. Previo a ello, se convocó a una rueda de prensa por parte de dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y miembros del equipo de campaña, para exigir la intervención de los órganos electorales y aún de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP), para investigar la distribución de tarjetas con saldo de 500 pesos, que pueden ser utilizadas en conocida tienda de autoservicio, acción que acuñan al candidato común del PRI-PRD.

No faltaron las notas, los trascendidos y videos de descrédito para los dos punteros en este proceso electoral: Jara Cruz y Alejandro Avilés. Al primero se le acuñan malos manejos administrativos cuando fue funcionario de gobiernos anteriores, sin faltar los señalamientos de compañías nada recomendables en el Istmo de Tehuantepec, concretamente con el ex presidente municipal de San Blas Atempa, señalado de ser un conocido huachicolero. Entre los videos difundidos no escaparon algunos presidentes municipales emanados de Morena, como es el caso de Humberto Carrizales, de San Pedro Tapanatepec, quien fue señalado por su ex esposa de consumir alcohol, droga y tener vínculos con la delincuencia organizada y luego de obligar a sus paisanos a asistir a cierre de campaña, con amenaza de sanciones económicas.

Tampoco escapó a esta guerra sucia el aspirante común a quien se le difundió un video de una entrevista con conocido medio electrónico, en la que se le cuestiona sobre su relación con el ex diputado local, Gustavo Díaz Sánchez, conocido como “El Gato”, hoy privado de la libertad en un penal de mediana seguridad en Michoacán y bajo proceso con un rosario de delitos del fuero federal y común. En ambos casos, lo que se trata es de confundir a la ciudadanía y cada equipo llevar agua a su molino político, con la idea de que dicha información puede incidir en el votante potencial para la jornada electoral del 5 de junio. Es pues, en términos llanos parte de la guerra sucia y de descalificaciones tan usuales en estos tiempos previos a la definición de las urnas.