Oaxaca, 490 años
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Opinión

Editorial

Oaxaca, 490 años

 


Hoy, la ciudad de Oaxaca de Juárez, celebra 490 años de haber sido elevada a tal categoría. Luego de dos años de suspensión de dicha celebración, en virtud de la pandemia de Covid-19, de nueva cuenta nuestra capital se viste de fiesta. En efecto, fue un 25 de abril, pero de 1532, cuando la entonces llamada Villa de Antequera fue elevada al rango de ciudad, título otorgado por el Rey Carlos I de España. En esa época, la Ciudad de Antequera fue la tercera de la Nueva España en recibir la categoría y título de muy noble y leal, designación con la cual se le considera como una de las tres primeras urbes mexicanas en recibir dicha distinción después de la Ciudad de México y Puebla de los Ángeles. Nuestra ciudad, según datos históricos, fue fundada por un destacamento de guerreros mexicas, enviados por el emperador Ahuízotl, hacia el año 1486.

Enviado por Hernán Cortés, Francisco de Orozco llegó a Oaxaca el 25 de noviembre de 1521. Entre sus acompañantes se encontraba el clérigo Juan Díaz quien oficiaría la primera misa bajo un gran árbol que estaba en la ribera del río Atoyac y donde actualmente se encuentra el Templo de San Juan de Dios. En la parte central del Valle de Oaxaca el control de la zona se dio en muy poco tiempo. El lugar encontrado por los españoles era parte importante de una de las regiones más avanzadas culturalmente. Los grupos más sofisticados culturalmente fueron los que primero dieron su reconocimiento a los europeos. Mientras que los que representaban una organización más sencilla se les opusieron durante mayor tiempo.

Después de las exitosas expediciones a Tututepec, Cortés ordenó a sus soldados que fundaran una villa en aquel lugar, debido a la gran cantidad de oro que poseía. Sin embargo, éstos decidieron desobedecerlo y regresaron al Valle de Oaxaca, ya que el clima era más benigno. Así, en 1532, por Cédula Real dada en la ciudad de Medina del Campo, recibió el título de “Muy noble y leal ciudad”, llamándose primeramente Antequera, nombre que en 1821 fue sustituido por el de Oaxaca. Tradicionalmente, el aniversario de la capital se celebra con repique de campanas en decenas de templos católicos; el canto de “Las Mañanitas” por el Coro de la Ciudad, convites, calendas, conferencias y particularmente, reconocimiento a oaxaqueños (as) distinguidos, sin faltar la comida tradicional, los tamales y el chocolate.

 

Regreso a clases, con resistencia

 

Hoy, luego del período vacacional de Semana Santa, se estima que regresen a clases presenciales los alumnos de los diversos niveles educativos tanto en escuelas oficiales como privadas. Desde hace al menos un mes, luego de su asamblea estatal, el magisterio afiliado a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), habría decidido que, dado que las expectativas sanitarias del país lo permiten por la reducción de contagios y decesos por Covid-19, las condiciones estaban dadas para un retorno gradual, consensuado con padres, madres de familia y directivos, además de cumplir con los protocolos dispuestos por las autoridades de Salud en el estado y el país. Se sabe que muchas escuelas, aún sin las condiciones plenas de contención iniciaron su retorno presencial, lo que implica que ya había un avance sustancial al respecto.

Sin embargo, la excesiva politización y la soterrada costumbre de cobrar sin trabajar, ha hecho mella en dicha disposición. Tal como lo hemos publicado en nuestras páginas, el regreso presencial a las aulas ha tenido resistencia. Es decir, hay un sector del magisterio que insiste en continuar disfrutando de este larguísimo período de suspensión, no obstante, la situación favorable que ha tenido la pandemia en el país, en lo que se refiere a la intensa campaña de vacunación y la reducción de contagios y decesos. El momento pues, es propicio para retomar el ritmo educativo, dado que los dos años de emergencia sanitaria han generado un daño irreversible en el proceso de aprendizaje de los educandos. Eso parecen no entenderlo muchos maestros, cuya conducta parasitaria ofende cualquier principio ético. Miles de mentores han ocupado su tiempo en estos años de pandemia para ocuparse en otros empleos, con el pago quincenal seguro.

Siempre hemos insistido en que deben aplicarse mecanismos correctivos y punitivos para acotar o acabar con esas prácticas perniciosas y despojadas de principios de cobrar sus emolumentos sin haber cumplido con las responsabilidades que le son inherentes. Ha trascendido, asimismo que, para quitarse de encima la responsabilidad de cuidar y proteger a sus alumnos en el entorno escolar, algunos directivos pretenden endosarle dicha responsabilidad a padres y madres de familia, como si fueran ellos quienes cobrarán puntualmente un salario, por la plaza docente que, con tantas presiones a veces les fue otorgada.