Privilegiar intereses políticos
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Opinión

Editorial

Privilegiar intereses políticos

 


La Sexagésima Cuarta Legislatura del estado, que concluyó funciones en octubre de 2021, estuvo permeada por la poca productividad, un costo elevado en su manutención y la operación poco ética de algunos de sus representantes. en el tráfico de influencias y conflicto de interés. Es decir, salieron de su trienio, exhibidos y estigmatizados. La bancada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), estuvo marcada por la división y la lucha por el presupuesto. La actual legislatura no ha cambiado mucho, sobre todo en la bancada mayoritaria. La semana pasada, cinco diputados y diputadas de dicha fracción se escindieron de la misma, para conformar lo que definieron como Grupo Parlamentario de la Cuarta Transformación. Es decir, cumplir con su compromiso ante la ciudadanía viene pasando a segundo término. La prioridad es privilegiar sus intereses de grupo o facción política.

He ahí pues la causa de que, en el pasado, con bombo y platillo cacarearon la aprobación de leyes, ninguna de las cuales se aplica hoy en día, como la de Residuos Sólidos o la llamada Ley Anti-chatarra. Nuestros flamantes representantes populares del partido aludido, parecen estar ahí para ajustar cuentas o salvaguardar sus fijaciones, simpatías o fobias políticas. La ciudadanía oaxaqueña, desde hace mucho, no tiene elementos para reconocerles su trabajo ni compromiso con la sociedad. En Oaxaca, particularmente entre la sociedad civil, debe promoverse la creación de un Observatorio. Puede que no tenga fines acusatorios o punitivos, pero sí de crítica y de evidenciar a quienes, con el manto del fuero y la discrecionalidad, gastan a manos llenas; en poco contribuyen a mejorar el marco jurídico y pasan su tiempo en nimiedades personales que en nada benefician a un pueblo exhausto de abusos y componendas de corte político.

Los oaxaqueños tenemos una capacidad de resistencia y estoicismo únicos en el país. Lo mismo soportamos temblores que pobreza y marginación; lo mismo malos gobiernos que pésimos legisladores. Y nuestras fijaciones no nos dejan progresar. Al mal desempeño de los aludidos, se les aplaude o se les ratifica con el voto. Hay que ver nada más cuántos que estuvieron medrando en la pasada legislatura, siguen hoy en las curules. En menos de seis meses de estar en el cargo ya enseñaron el cobre de la división, la fractura y el sectarismo. La pregunta es: ¿qué podemos esperar de estos y estas flamantes representantes populares, más que su beligerancia, traición y conveniencia?

 

Gastronomía, valor ancestral

 

Desde ayer inició en la capital oaxaqueña, el IV Encuentro de Cocineras Tradicionales, en el marco del 490 aniversario de que Oaxaca fue elevada a categoría de ciudad. Organizado por el ayuntamiento de la capital, dicho encuentro pretende difundir, promover, pero, sobre todo, preservar la cocina oaxaqueña, hoy tan estilizada por modas y la incursión de elementos que nada tienen que ver con nuestra ancestral cultura culinaria. Se ha adelantado que vienen cocineras de las ocho regiones del estado a preparar los platillos favoritos de sus respectivas comunidades, además, por supuesto, de los tradicionales, mole negro, amarillo, chichilo, verde y otros. Se trata, sin duda alguna de un esfuerzo loable de la Secretaría de Fomento Turístico del gobierno municipal que, definitivamente, debe convertirse en un evento obligado.

Sin ánimo de descalificar o denostar a quienes hoy, detrás de restaurantes de lujo preparan platillos estilizados, publicitados como cocina oaxaqueña, los tres órdenes de gobierno: federal, estatal y municipal, a través de sus respectivas áreas, deben promover nuestros valores culturales y tradiciones, como es el caso de la cocina. Es innegable que con el paso del tiempo se ha perdido mucho de la originalidad que nos ha dado un prestigio a nivel nacional e internacional. Miles de turistas que llegan a Oaxaca o sus destinos de playa buscan lugares en donde degustar lo que durante siglos se ha mantenido en el paladar de los oaxaqueños. Sin embargo, se encuentran con comidas estilizadas que nada tienen que ver con la sazón, los condimentos y la originalidad de nuestro arte culinario y gastronomía tradicional. Hay inclusive restaurantes que tienen reservaciones llenas desde hace meses, pero no cumplen con nuestra tradición.

Por ello es importante fomentar y dar a conocer lo que hacen nuestras cocineras tradicionales. Aquellas que no tienen más que, sin publicidad ni fama, su habilidad para darle el toque mágico a las delicias que preparan, más allá de rimbombantes calificativos como “cocina prehispánica” y demás inventos. Lo importante es, en los siguientes encuentros, invitar a más y más cocineras deseosas de dar a conocer sus dotes, lo cual ha ido forjando la gran tradición que implica la gastronomía oaxaqueña. Hay que recordar que ésta ha sido catalogada como un Patrimonio de la Humanidad y en muchos aspectos es tan rica, variada y original, como las que se anuncian en al menos dos estados del país: Yucatán y Puebla.