Municipios: Violencia exacerbada
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Opinión

Editorial

Municipios: Violencia exacerbada

 


En el proceso de junio de 2021, hubo al menos tres municipios en los cuales fue imposible la instalación de casillas para que el ciudadano emitiera su voto. La violencia y hasta la muerte, obligaron al árbitro, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), a suspender el proceso electoral. En algunos, como Santiago Laollaga, hubo hasta balaceras y se habla de una persona fallecida. En otras comunidades como Santa María Xadani, los conatos de violencia y agresiones físicas entre simpatizantes de los candidatos, trastocaron la civilidad y la paz social. Situación similar se vivió en Santa María Mixtequilla. Los hechos violentos tuvieron como consecuencia la suspensión de los comicios. Algo diferente ocurrió en otros municipios, como es el caso de Santa Cruz Xoxocotlán, San Pablo Villa de Mitla o Chahuites, en donde los órganos jurisdiccionales echaron abajo la elección de ediles por irregularidades cometidas.

Con este panorama y, de conformidad con las resoluciones de los citados órganos jurisdiccionales, el IEEPCO organizó la elección extraordinaria en dichos municipios, además de Reforma de Pineda. Ello se dio el pasado domingo 27 de marzo, tal cual quedó establecido en el calendario electoral. Sin embargo, en tres municipios de los aludidos, se dieron hechos que distan mucho del ambiente de paz que exigieron las autoridades. En Xoxocotlán hubo agresiones físicas entre los simpatizantes de los dos candidatos con mayor posibilidad de triunfo. Ello ocurrió desde un par de semanas antes de la elección. Hubo necesidad de suscribir un acuerdo de paz y civilidad. Por su parte, previo al proceso, en la Villa de Mitla se dieron hechos en verdad preocupantes. Desconocidos quemaron el vehículo del candidato del PRI e intimidaron con pintas afuera del domicilio de la candidata del Partido del Trabajo (PT).

En Santiago Laollaga, con barricadas y bloqueos impidieron la entrada de funcionarios del IEEPCO. De esta situación, sin duda alguna, el gobierno estatal debe tener información de los principales instigadores de la violencia. Hay intereses que impiden la elección de una autoridad municipal legalmente establecida, que maneje los recursos que se asignan al ayuntamiento y sobre ellos hay que ir. No debe permitirse que dos o tres sujetos, coludidos con grupos de interés vulneren el derecho ciudadano a elegir a sus autoridades.

 

Obstinados e ignorantes

 

Como lo publicamos el pasado miércoles 23 de marzo, en la nota principal de EL IMPARCIAL. El Mejor diario de Oaxaca, nuestra entidad figura entre las tres entidades del país con un promedio de vacunación anti Covid-19, por debajo de la media nacional. Apenas llegamos al 78% y con avances mínimos, a pesar de la disposición de sitios de vacunación permanentes en la entidad, la afluencia de personas ha sido mínima. ¿Qué hay en el trasfondo de todo ello? Es simple. Existen aún miles y miles de personas reacias a aplicarse el biológico, por creencias religiosas, por tabúes sociales o, simplemente, por ignorancia. Ya hemos comentado en este mismo espacio editorial que aquí, como en todo el país, hay quienes hasta el día de hoy no creen en la existencia del virus SARS-CoV2. Y vieron a diario los estragos que la misma causó y sigue causando en el mundo. Pero siguen empecinados en su idea. Es evidente que no acudirán a vacunarse.

Es cierto, mucho tuvieron que ver las enormes filas que se hicieron para recibir las primeras y segundas dosis, que significa la falta de una estrategia oficial para evitar aglomeraciones. Llegar a formarse en una fila enorme desde un día o dos antes, no fue la mejor forma de convencimiento. Nadie quiso vivir dicha experiencia o pasar horas con el sol a plomo para llegar ante las enfermeras que vacunaban, para recibir la noticia de que se habían acabado las dosis. Incluso, los empleados de gobierno, llamados “Servidores de la Nación”, lejos de agilizar las cosas las entramparon más con un pernicioso burocratismo. Es más, hubo hasta negocio en las campañas de primeras, segundas y refuerzo. Personas que apartaban lugares a cambio de 500 o mil pesos.

Todo ello, concatenado, hizo un cóctel pernicioso para que muchos simplemente no asistieran a ponerse el biológico y siguieran libres, exponiéndose a ser contagiados y, a su vez, contagiar a su familia. Poco realmente se puede hacer con personas que viven esquema de fanatismo. Y ello ha permeado no sólo entre las clases populares sino, incluso, en personas con preparación profesional y probada capacidad económica que se quedaron con la idea de que el virus era una invención del gobierno y demás trastadas. Ahí hay que buscar las causas por las que hasta este momento vayamos a la zaga del programa nacional de vacunación. Y contra la ignorancia y la cerrazón; el fanatismo y la ignorancia, poco se puede.