Reforzar medidas
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Editorial

Reforzar medidas

 


La capital oaxaqueña, eso ya lo sabemos, se ha convertido en una tierra de nadie ante la comisión de delitos graves aún en zonas altamente pobladas. Tal parece que, por los sobados problemas económicos que arrastra, las áreas de seguridad pública del municipio capitalino han abdicado de su responsabilidad, de tal manera que cada quien, con sus propios medios, tiene que evitar ser víctima de robos o asaltos en plena vía pública o de cosas aún mayores, como es el asesinato. El martes 7 de diciembre, en el estacionamiento de un conocido restaurante de la Colonia Reforma, una mujer de aproximadamente 22 años de edad, fue víctima de un atentado criminal. En efecto, se dice que un sujeto le disparó ocasionándole heridas que la llevaron al hospital. Hay que subrayar que no es el primer atentado de esta naturaleza que se comete en Oaxaca de Juárez.

Desde que inició la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, se suspendió el operativo de alcoholímetro. Razones por demás obvias, dado que ya no era saludable con un solo equipo medir el grado de alcoholemia de los conductores, dicho operativo de disuasión para evitar accidentes devino abuso de quienes los fines de semana acuden a antros o cantinas, incluso portando armas de fuego. Hace un par de semanas en un bar ubicado frente al ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, sujetos desconocidos abrieron fuego en contra de los parroquianos, ocasionándole la muerte a una joven estudiante de enfermería. A la fecha y no obstante la operación de cámaras de video, se desconocen los autores materiales de dicho acto criminal. Hoy en día, por cualquier acción así sea menor, como es un accidente de tránsito, cualquier hijo de vecino saca la pistola y abre fuego.

En tanto siga la pasividad y la modorra en los cuerpos policiales locales o estatales, el ciudadano de a pie poco puede esperar respecto a su seguridad. Sólo hacen falta un par de tragos o un consumo menor de droga, para que sujetos sin escrúpulos asesinan a mansalva, sin que haya elementos para detenerlos. Los asesinos de la joven del bar citado o del estacionamiento a que hacemos referencia, se pasean impunemente por la capital, el interior del estado u otras entidades, dejando a familias de duelo o rezando por la salud de sus parientes heridos. Esto, definitivamente no puede seguir. Las corporaciones deben reforzar sus mecanismos de disuasión.

 

Inmunización necesaria

 

Desde la semana anterior, tal como lo dieron a conocer en el gobierno federal, inició la campaña de vacunación contra Covid-19, para adolescentes entre 15 y 17 años de edad, en diversas comunidades del estado y en los Valles Centrales. Hoy inicia en la capital oaxaqueña y en algunos municipios conurbados, según el calendario del Programa Nacional de Vacunación y será en tres sedes: el Gimnasio Universitario, la Zona Militar y el Estadio del Instituto Tecnológico de Oaxaca. La jornada para la aplicación del biológico, se prolonga desde hoy hasta el viernes 17, tomando en consideración que martes y miércoles es para los jóvenes, en tanto que jueves y viernes, es la tercera vacuna de refuerzo para personas de 60 años y más. Como todo ciudadano informado, debemos saber que ante la fuerza del virus que se ha estado combatiendo, hoy con la variante ómicron, que inclusive ha atacado a personas con el cuadro de doble dosis, en muchos países del mundo, entre ellos Estados Unidos y ahora México, se aplicará una tercera dosis.

Decimos lo anterior ante el escepticismo y la ignorancia de muchas personas que, seguramente influidos por algunas religiones o por tabúes, se han negado a aplicarse la vacuna. Oaxaca tiene un porcentaje considerable de ciudadanos que no se han aplicado el biológico, no obstante, datos y notas que dan cuenta que muchos escépticos o enemigos de dicho instrumento inmunizador han fallecido. La única alternativa para evitar que el virus del SARS-CoV2, o mejor conocido como Covid-19, haga estragos con la vida de una persona y le permita, en la mayoría de los casos sobrevivir, es aplicarse la vacuna, en un cuadro completo. Se sabe de países que han tomado medidas extremas como el hecho de no permitir la entrada a mercados o tiendas de autoservicio; cines, teatros o cantinas, a personas que no se hayan vacunado. Incluso, en el transporte público, camiones, trenes, etc.

En los aeropuertos se han impuesto medidas enérgicas e inclusive en empresas, en donde se ha despedido al personal que se ha negado a recibir este ente de inmunidad. Y hay razón en ello, pues todos aquellos que no lo han hecho, son más propensos a propagar el virus y contaminar a otros. Se trata pues, de una irresponsabilidad que, en definitiva, no tiene justificación. Si bien es cierto que la aplicación se ha vuelto algo extenuante por las horas de espera que hay que pasar o por las multitudes y poca organización de la dependencia responsable del gobierno federal, bien vale la pena el sacrificio para salvaguardar la vida, que es lo más valioso.