una nueva legislatura
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Opinión

Editorial

una nueva legislatura

 


Hoy se estrena la Sexagésima Quinta Legislatura del Estado, sólo con 41 legisladores (as), habida cuenta de que uno de ellos, como hemos comentado, fue detenido el 4 de noviembre en Veracruz y libra un proceso penal. Apenas ayer fue la audiencia constitucional de quien la Fiscalía General de Justicia de dicho estado, detuvo como presunto responsable de un rosario de delitos entre ellos, ultraje a la autoridad, portación de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y posibles vínculos con grupos criminales. La cuestión fue más allá, dado que la misma dependencia difundió fotos del diputado Gustavo Díaz Sánchez, para que aquellas personas que hubieran sido víctimas de algún ilícito cometido por el indiciado pudieran denunciarlo. De la bancada del PRI formada por nueve diputados (as), sólo se registraron ocho.

Sin embargo, la nueva legislatura, formada por 23 diputados (as) del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), al menos doce de ellos reelectos en sus respectivos distritos, llegan a conformar una nueva cámara, teniendo como telón de fondo en el pasado reciente, una de las peores legislaturas de la historia política oaxaqueña, calificada por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), como una de las más onerosas e improductivas del país. Como mencionamos ayer, ésta tiene en sus manos cambiar el estado de cosas o seguir deteriorando en la conciencia colectiva de los oaxaqueños, el papel respetable que algún día tuvieron sus representantes populares.

Una tarea, sin duda, nada fácil. Ésta inicia funciones, justo a un par de días antes de que el gobernador Alejandro Murat rinda su penúltimo informe de gobierno, que deja en los oaxaqueños una sensación de que no se ha cumplido en lo mínimo con las promesas de resultados que ofreció en su campaña política en 2016. El reto de la LXV Legislatura será reivindicar su papel de legítima representante de la voluntad popular o seguir en la triste posición de ser un órgano condescendiente, corrupto y acomodaticio, que sigue sin cumplir las expectativas de los oaxaqueños. Siempre hemos promovido desde este espacio editorial la creación de un organismo que dé seguimiento al papel de nuestros (as) legisladores (as); de su productividad y en qué medida cumplen las expectativas de promover leyes y reglamentos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Oaxaca recupera soberanía 

Esta semana ocurrió un hecho importante: con el voto en contra de un solo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el máximo tribunal de justicia resolvió a favor de Oaxaca en lo que se refiere a los límites con el vecino estado de Chiapas. Gobiernos anteriores de dicha entidad se negaron de manera constante a reconocer los límites históricos de Oaxaca y permitieron, durante la gestión del ex gobernador Juan Sabines Gutiérrez, la creación del municipio de Belisario Domínguez en territorio que las comunidades zoques de Santa María y San Miguel Chimalapas, reclamaban como propio. Este acto ilegal generó conatos de violencia y, particularmente la incursión de ganaderos y talamontes que depredaban por completo parte de la riqueza de especies forestales de esta rica reserva natural ubicada en Los Chimalapas.

Gobiernos posteriores del estado de Chiapas simplemente se encogieron de hombros ante este despojo. Fue en 2011, cuando organismos y comunidades chimalapas acudieron al máximo tribunal en busca de solución a este viejo diferendo, que fue finalmente resuelto en estos días con la ponencia de ministro Fernando Franco y González Salas, en la que se restituyen al territorio oaxaqueño una franja de 160 mil hectáreas apropiadas por chiapanecos de manera ilegal. Hay que recordar que las comunidades zoques mostraron en su momento los títulos de propiedad que –según afirman- habían comprado los predios a la Corona Española en el Siglo XVII. El asunto se entrampó por presunto tráfico de influencias de cercanos a los ministros y por un mal manejo jurídico en los tiempos del gobernador Gabino Cué. Sin embargo, el tiempo ha dado la razón a nuestra entidad. Chiapas fue constituido como estado soberano, bien entrado en Siglo XIX, de lo cual dieron cuenta los diplomáticos oaxaqueños Matías Romero e Ignacio Mariscal, sobre todo con aquella documentada obra denominada “Historia de la anexión a México de Chiapas y Soconusco”.

Por lógica elemental, cuando nuestro vecino recién nacía como parte de la nación mexicana, nosotros ya estábamos bien constituidos. Nuestra entidad logró recuperar parte de su soberanía y de aquí para adelante, sólo la cerrazón y la terquedad harán que sigan los añejos diferendos y violencia que tanto han lacerado a nuestros hermanos zoques de San Miguel y Santa María Chimalapas. El gobierno de Alejandro Murat debe tomar las cosas en sus manos y aplicarse a ejercer la ley mandatada por la SCJN.