Exigir certificados, medida extrema
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Editorial

Exigir certificados, medida extrema

 


La situación por la que atraviesa el país y el estado con un aumento desmesurado de contagios por Covid-19, que incluso ha llegado a niveles mayores a la primera oleada, como el viernes 6 de agosto cuando rebasó los 21 mil contagios, ha llevado a autoridades en ciertas entidades del país a analizar la posibilidad de exigir certificados de vacunación a los ciudadanos que deseen ingresar a museos, restaurantes y otros sitios públicos. Oaxaca no ha estado exenta de un incremento brutal en contagios, decesos y desde la semana anterior, al menos 24 hospitales saturados y sin cupo para más pacientes. En su momento lo dijimos: fue un error haber regresado a la normalidad a nosocomios que habían sido reconvertidos para enfermos del virus. Hoy, de nueva cuenta, vamos al revés. 

Es importante subrayar que hay un universo importante de ciudadanos (as) que han soslayado los programas de vacunación. Es decir, simplemente han ignorado el llamado de las autoridades a aplicarse el biológico, con argumentos como los dichos de que la vacuna acelera los contagios y otros. O simplemente por ignorancia. El caso es que hay miles que lejos de estar inmunizados –así sea parcialmente- están expuestos más a contagiarse y fallecer ante la fuerza que ha tenido la nueva cepa, conocida como Delta. A ello hay que agregar el relajamiento de las medidas y protocolos sanitarios; las reuniones familiares; los XV años o los bautizos que, pese a la recomendación de los Servicios de Salud en el estado (SSO), siguen. Como ya hemos comentado, hay autoridades municipales que han hecho una loable labor para proteger a sus ciudadanos, así sea restringiendo la movilidad social.

Las cámaras comerciales y de servicios han considerado que la estocada fatal para cientos de negocios sería un nuevo confinamiento o que entremos a semáforo rojo. Empero, no estamos lejos de que se tomen medidas más drásticas como el exigir el certificado de vacunación de que comentamos líneas arriba. Las campañas para aplicar la vacuna avanzan con lentitud, pese a la disponibilidad de las mismas de parte del gobierno federal. Ya la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ha tomado el objetivo en sus manos, luego de la labor deficiente de la súper delegación de Bienestar, rebasada por completo por las circunstancias actuales. Ojalá pues que no haya que llegar a los extremos para capotear los efectos mortales de esta terrible pandemia que sigue diezmando al mundo, al país y a Oaxaca.

No hay condiciones

A escasos días de que inicie oficialmente el ciclo escolar 2021-2022, todo apunta a que las condiciones para un regreso a clases presenciales, no son las idóneas. El crecimiento en los contagios, la saturación de hospitales, la vuelta a la reconversión de los mismos ante la emergencia, entre otros factores, advierten que un retorno a las escuelas de maestros, alumnos, personal de intendencia y administrativo, podría ser letal. Si bien el Consejo Nacional de Salud nos sigue ubicando en semáforo naranja, a pesar de la situación tan dramática que estamos viviendo, ello no implica que haya seguridad. Aunque mucho criticamos a la dirigencia seccional del Cártel 22, hay quienes han insistido en que no existen las condiciones adecuadas. Retornar a clases presenciales es un grave riesgo y una irresponsabilidad.

Como comentamos en un editorial anterior, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), ha actuado con prudencia y responsabilidad, al señalar que será por consenso entre autoridades educativas, directivos escolares, padres de familia y alumnos, como se debe ponderar el retorno. Ante la insistencia del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y, recientemente de la Secretarías de Gobernación y Educación Pública, casi para un obligado regreso a clases, en redes sociales se han dado mensajes severos, de quienes afirman que “llueva, truene o relampaguee”, no enviarán a sus hijos (as) a la escuela. Hay quienes opinan que prefieren que pierdan el año antes que arriesgarlos a perder la vida por un contagio. Basta entender que aún está en proceso el programa de vacunación para personas entre 18 y 29 años de edad, es decir, falta aún mucho para que pueda hablarse de la vacunación universal.

Bajo esa premisa, sólo la mesura, la responsabilidad y la información respecto a lo que ocurre con esta mortal pandemia, serán los parámetros en los cuales debe transitar el regreso a clases presenciales en Oaxaca. En efecto, la educación debe ser una prioridad que no puede quedar a la zaga de las que tienen los gobiernos federal y estatal. Sin embargo, también hay que entender que no estamos en el mejor momento hablando de economía. Cada año, los jefes de familia deben disponer de algunos recursos económicos para compra de uniformes, libros, útiles escolares. Hoy en día, hay quienes no tienen ni para llevar el pan a casa, pues han perdido sus empleos y no tienen un salario para responder.