Abandono urbano
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Editorial

Abandono urbano

 


Estamos ya en el mes de julio. Si bien es cierto que la cancelación de nuestra fiesta folklórica más tradicional, La Guelaguetza, tendrá una infuencia nociva en la afluencia de visitantes del país y el extranjero que llegan a la capital en esta temporada, eso no implica que el turismo no llegue. Nuestra capital y en general, el estado, tienen un poderoso imán que atrae lo mismo a nacionales que foráneos. Sin embargo, Oaxaca de Juárez muestra los síntomas propios de una ciudad presa del abandono y el descuido. Calles llenas de baches, zanjas, precaria iluminación aún en el Centro Histórico, inseguridad y otros problemas que, lejos de atraer ahuyentan a los visitantes. No hay que olvidar que julio es una de las temporadas con mayor afluencia y que se ha convertido, también, en festín de comerciantes abusivos y ladrones.

Uno de los ejes de la anarquía que prevalece en la capital –ya lo hemos comentado- es el comercio en la vía pública. Y quienes ya asumieron como suyos los espacios en donde venden sus mercancías, no se querrán ir tan fácilmente. Saben que en esta temporada venden más, aunque maquillando la originalidad de sus productos, muchos de ellos provenientes de Guatemala, Chiapas u otros estados del país. Igual pasa con los que ya se avecinaron en el Centro Histórico que, por apatía, temor o irresponsabilidad, el ayuntamiento de la capital ha dejado crecer de manera irracional. Esto es: cualquier medida de fuerza del Estado que quiera aplicarse en esta temporada, terminará por victimizar a quienes dan una imagen deplorable a nuestra capital, quebrantando la ley.

No es un secreto que a dos años y medio que lleva de gestión la actual administración municipal, no ha hecho ni una sola obra que valga la pena. El argumento pueril de que no cuenta con presupuesto, de que carece de capital para llevar a cabo obras de gran envergadura, ha sido la eterna justificación. La ciudad capital pues, muestra los síntomas propios de una ciudad de gran belleza, por sus edificios de arquitectura novohispana y con grandes calificaciones por parte de revistas de viajes y gastronomía, pero con grandes contrastes, justamente porque sus gobiernos locales no se han preocupado por cuidarla y protegerla. Es muy triste ver los hoyancos y calles destrozadas por doquier, sin que su autoridad local repare los desperfectos. Es decir, hay un total abandono.

 El sesgo al desabasto

Millones de mexicanos, incluso hasta los fanáticos seguidores de la llamada Cuarta Tranformación y del presidente López Obrador, se quedaron pasmados cuando escucharon los banales argumentos de algunos personeros del actual régimen, como Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud del gobienro federal o del cuestionado publicista, Epigmenio Ibarra, afirmar que la protesta de los padres y madres de niños enfermos de cáncer, era parte de una escalada golpista de los conservadores. Nadie en su sano juicio podría hacer una aseveración de esta naturaleza, habida cuenta de que sólo un régimen insensible, torpe y sin escrúpulos, puede descalificar una lucha justa que, como todos sabemos, se ha venido dando desde que entró la actual administración federal. Y hay que recordar que dicha lucha no sólo ha sido descalificada, sino además, se ha pretendido ridiculizar. Lo dicho por la señora Beatriz Gutiérrez Müller a un usuario de Twitter: ¡vaya usted a atenderlos!, es para una página negra de la historia.

En Oaxaca, desde hace varios años, hemos padecido también el desabasto de medicinas del cuadro básico. Vale la pena recordar los primeros años del gobierno de Alejandro Murat, cuando la red de hospitales del Sector Salud, exhibieron pobreza de medicamentos. Es evidente que la corrupción que ahí se dio durante la pasada administración tuvo efectos colaterales graves, incluyendo el abasto de medicinas. Hoy mismo, la Secretaría de Salud arrastra deudas y hoyos financieros provocados por los malos manejos. No es fortuito que el actual titular de los Servicios de Salud, Juan Carlos Márquez Heine, sea el quinto titular en los casi cinco años que lleva el gobierno de Murat. Sin embargo, la situación se ha subsanado. Ha trascendido que, inclusive, el gobierno estatal ha adquirido medicamentos para los pequeños enfermos de cáncer, para no esperar las bondades de ese ente burocrático que es el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI).

Como lo hemos publicado en nuestras páginas, El Mejor diario de Oaxaca le ha dado cobertura a la lucha de las familas que exigen medicamentos para sus niños enfermos. Descalifiicar su cruzada con argumentos torpes y mediocres como los que mencionamos al principio, muestran de cuerpo entero la bajeza de funcionarios y corifeos de la 4T que, a dos años y medio de haber arrancado, han soslayado el tema de la salud para seguir con sus programas clientelares, prohijando más polarización y encono social.