Hartazgo social
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Editorial

Hartazgo social

 


Desde hace al menos un par de semanas, sujetos, entre jóvenes y adultos, que se han disfrazado de estudiantes normalistas, han trastocado la paz social, con acciones ilícitas, como es el secuestro de unidades de transporte, robo y retención ilegal de vehículos utilitarios, incendio de oficinas y robo a operadores de autobuses urbanos, entre otros. Manejados –se dice- por el vocero de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Wilbert Santiago Valdivieso, buscan enrarecer el panorama electoral y crear el caldo de cultivo de la violencia, la desestabilización y la ganancia política, habida cuenta de que el sujeto aludido es promotor del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Tres banderas han usado en los últimos meses, la última, en la semana que pasó: contratación inmediata de egresados de las normales; la exigencia de clases presenciales y, el rumor de que el gobierno pretende desaparecer el sistema de normales.

Cada una de ellos ha tenido una respuesta contundente de parte del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), al señalar que las puertas del diálogo han estado abiertas y de que, en la dotación de plazas docentes, se ha privilegiado a los egresados de nuestras 11 instituciones que existen en la entidad. En torno a las clases presenciales, la respuesta provino de las instituciones sanitarias: las condiciones por la pandemia de Covid-19, representan no sólo un riesgo para la salud, sino para la propia vida de maestros y alumnos, No se trata de una postura cerrada de las autoridades, sino del sentido común que implica aplicarse los protocolos sanitarios ante un mal que ha diezmado al mundo y, particularmente a México. El argumento de que el gobierno pretende desaparecer las normales del país, es una falacia.

Lo que sí ha quedado claro, es que el pueblo oaxaqueño está harto de este tipo de atropellos y barbaridades. Comerciantes, trabajadores de gobierno, empleados de negocios y madres de familia, por diversos medios, han mostrado su repudio al vandalismo y hacia los abusos de esta banda de facinerosos que, con la careta de normalistas, han hecho de la provocación su arma más letal. La sociedad en su conjunto ha exigido al gobierno de Alejandro Murat actuar en consecuencia y mantener firme el Estado de Derecho. Ni se trata de libre expresión ni, mucho menos, de demandas justificadas. Es porrismo, vandalismo, fanatismo.

Indolencia e incapacidad

Hoy concluye la segunda etapa de vacunación de adultos mayores de 60 años, que recibieron la primera dosis los días 9, 10 y 11 de marzo. Dicha jornada se anunció casi de manera oficial en redes sociales, el lunes 12. Sin embargo, desde ese mismo día en la agencia de Dolores de la capital oaxaqueña, ya se veían filas de personas para esperar la anhelada vacuna. Nadie les llamó la atención respecto a la antelación en la que se habían formado. El martes por la mañana, amanecieron ya filas enormes de personas en los doce sitios en los que se aplicó el biológico, es decir, a la intemperie y con 48 horas de anticipación, la falta de información y el juego contra la dignidad de las personas que ha caracterizado a la delegación de la Secretaría de Bienestar en Oaxaca, se hicieron presentes. Para empezar, jamás se usó un canal de comunicación para dar a conocer a los adultos mayores y familiares, las especificidades de la aplicación. Todo se les apostó a las redes sociales, aún a sabiendas de que la entidad padece hoy en día, un importante rezago en materia de comunicaciones por internet.

Pese a los problemas que se presentaron hace al menos tres semanas, cuando se dieron actos de violencia en el municipio de Santa Lucía del Camino, la súper delegada de los programas Bienestar, Nancy Ortiz Cabrera, siguió arando sobre los mismos errores. A diferencia de los procesos ordenados que se han dado en la Ciudad de México o Chiapas, por ejemplo, aquí se siguió lucrando con la dignidad de los oaxaqueños, dejando al arbitrio de las circunstancias la salud de personas mayores que tuvieron que mantenerse a la intemperie por días completos. Es evidente la falta de capacidad, la torpeza e ignorancia de los funcionarios responsables que, como si fuera algo ilícito, manejan las vacunas a su libre albedrío. El ejemplo más refinado del desorden que prevalece en el llamado gobierno de la Cuarta Transformación.

Las protestas y la difusión de notas negativas en redes sociales respecto a las torpezas no han hecho mella en quienes han tenido a su cargo tan delicada responsabilidad. Los ejemplos de un buen manejo, simplemente han pasado de largo. Se ha impuesto la ignorancia, la indolencia y la mediocridad. Por ello hay quienes piensan que el destino de México es incierto con tanta incapacidad en quienes ostentan los cargos públicos, en donde se privilegia la falta de formación profesional, el servilismo y la complicidad.